Ayer empezó el juicio oral contra la expresidenta Jeanine Áñez y otras exautoridades gubernamentales, policiales y militares por las denominada “masacre de Senkata”, ocurrida en noviembre de 2019.
Áñez compareció vía virtual desde el penal de Miraflores sin contar con un equipo jurídico de defensa y rechazó enfáticamente que el Servicio Público de Defensa a las Víctimas (Sepdavi) le proporcione unos abogados de oficio.
El 19 de noviembre de 2019 se registraron hechos de violencia en Senkata que derivaron en una decena de fallecidos y 31 heridos tras un operativo policial- militar.
Según Jorge Valda, abogado de uno de los procesados, el Tribunal Cuarto de Sentencia Penal de El Alto habría determinado anular la acusación que presentó el Ministerio Público en el caso Senkata porque no individualizó la participación de cada uno de los procesados y fue devuelto para que se hagan las correcciones en el plazo de 10 días.
El juicio oral contra más de diez procesados es por genocidio, homicidio, lesiones graves y leves. Del total de los coacusados, cinco fueron declarados en rebeldía y apartados.
Valda indicó que otra de las observaciones que hizo el juzgado fue que la comisión de fiscales no fundamentó las pruebas que presentaron por lo que debe ser subsanado, entre tanto, el proceso queda paralizado.
“No habrían señalado la relevancia de las pruebas que han presentado y se anulan las acusaciones del caso Senkata, se le devuelven obrados al Ministerio Público para que corrijan, puesto que no se puede llevar un proceso de esta naturaleza y bajo estas características cuando se pretende forzar la ley y desconocer la Constitución Política del Estado”, puntualizó Valda.
Los incendios forestales que asolan Bolivia desde hace más de tres meses han arrasado ya 4 millones de hectáreas, devastando miles de árboles y acabando con innumerables vidas animales. El impacto humano es igual de aterrador: familias enteras han tenido que ser evacuadas, viviendas se han convertido en cenizas, y niños y jóvenes han dejado de ir a la escuela por seguridad.
En aquella tarea, en la mayor parte de los casos un tanto mecánica y dicotómica, de buscar causas y responsables del mayor ecocidio y desastre ecológico producido en Bolivia, hay muchos puntos de vista.
En mi anterior columna, había adjudicado esa ignominiosa responsabilidad al expresidente Morales, al régimen y su partido. Los datos son elocuentes. Con el discurso del “vivir bien” se convirtieron en los más perversos depredadores de la Madre Tierra.
En aquella tarea, en la mayor parte de los casos un tanto mecánica y dicotómica, de buscar causas y responsables del mayor ecocidio y desastre ecológico producido en Bolivia, hay muchos puntos de vista.
En mi anterior columna, había adjudicado esa ignominiosa responsabilidad al expresidente Morales, al régimen y su partido. Los datos son elocuentes. Con el discurso del “vivir bien” se convirtieron en los más perversos depredadores de la Madre Tierra.
Escenas apocalípticas surcan incesantes y veloces por medios y redes sociales imprimiendo horror en las pupilas y en la conciencia de los usuarios, sean quienes sean. Se integran en una saga de largometrajes anuales sobre la base de la cual Bolivia ocupa el tercer lugar en el mundo en materia de incendios, luciéndose como un hueco en hundimiento sostenido. Imágenes satelitales y fotografías aéreas tiñen de rojo Bolivia en el centro del espacio de Sudamérica.
Escenas apocalípticas surcan incesantes y veloces por medios y redes sociales imprimiendo horror en las pupilas y en la conciencia de los usuarios, sean quienes sean. Se integran en una saga de largometrajes anuales sobre la base de la cual Bolivia ocupa el tercer lugar en el mundo en materia de incendios, luciéndose como un hueco en hundimiento sostenido. Imágenes satelitales y fotografías aéreas tiñen de rojo Bolivia en el centro del espacio de Sudamérica.
HUMBERTO VACAFLOR GANAM
Dar de comer a los bomberos voluntarios que tratan de apagar los incendios de los bosques es un pecado que debe castigarse con la muerte, según los incendiarios.
La profesora Marisabel Moirenda Urape, de 28 años, fue asesinada en Guarayos por los sicarios de la transnacional del crimen organizado que maneja estos incendios.
Dar de comer a los bomberos voluntarios que tratan de apagar los incendios de los bosques es un pecado que debe castigarse con la muerte, según los incendiarios.
La profesora Marisabel Moirenda Urape, de 28 años, fue asesinada en Guarayos por los sicarios de la transnacional del crimen organizado que maneja estos incendios.
IGNACIO VERA DE RADA
Como dice el filósofo H.C.F. Mansilla en su libro Filosofía occidental y filosofía andina (2016), “la idea del necesario equilibro entre el Hombre y la Tierra y la consciencia de la violación del medio ambiente por la civilización industrial, trajeron consigo por aquellos años una reevaluación de la ‘sabiduría indígena’, la que se expandió desde las selvas amazónicas hasta la zona montañosa de los Andes, dando una nueva oportunidad a la filosofía andina”.
Como dice el filósofo H.C.F. Mansilla en su libro Filosofía occidental y filosofía andina (2016), “la idea del necesario equilibro entre el Hombre y la Tierra y la consciencia de la violación del medio ambiente por la civilización industrial, trajeron consigo por aquellos años una reevaluación de la ‘sabiduría indígena’, la que se expandió desde las selvas amazónicas hasta la zona montañosa de los Andes, dando una nueva oportunidad a la filosofía andina”.