El volante del Inter Miami Diego Gómez y el delantero del Torino italiano Antonio Sanabria, los dos goleadores de Paraguay desde que se inició la era de Gustavo Alfaro, integran la lista de 26 convocados para los partidos ante Argentina y Bolivia, por las jornadas 11 y 12 de las eliminatorias al Mundial de 2026.
El estratega prescindió, debido a una lesión, del volante del Milan Futuro de Italia Hugo Cuenca.
Alfaro optó por la misma receta en la ofensiva con Julio Enciso, del Brighton inglés; Alex Arce, de la Liga Deportiva Universitaria de Quito; Ángel Romero, del Corinthians brasileño, y Miguel Almirón, del Newcastle inglés.
Se suma Sanabria, autor del doblete que dio la victoria por 2-0 a la Albirroja frente a Venezuela.
El delantero del Bolívar Alfio Ovidio Oviedo fue nuevamente convocado para estos partidos, en los que Paraguay tiene el reto de superar a la Verde en El Alto, ubicada a 4.150 metros sobre el nivel del mar.
En el mediocampo repite Gómez, elegido mejor jugador sub-22 de la temporada de la Major League Soccer y artífice del gol del triunfo por 1-0 contra Brasil del 10 de septiembre pasado, en el segundo partido bajo el mando de Alfaro.
La lista de convocados:
Arqueros: Carlos Coronel, Roberto Fernández y Juan Espínola.
Defensas: Fabián Balbuena, Gustavo Gómez, Omar Alderete, Junior Alonso, Gustavo Velázquez, Saúl Salcedo, Agustín Sández y Santiago Arzamendia.
Volantes: Juan Cáceres, Matías Galarza, Andrés Cubas, Mathías Villasanti, Damián Bobadilla, Diego Gómez, Alejandro Romero Gamarra y Ramón Sosa.
Delanteros: Miguel Almirón, Julio Enciso, Ángel Romero, Alfio Oviedo, Antonio Sanabria, Alex Arce y Isidro Pitta.
Los perjuicios ocasionados en estas más de tres semanas de bloqueos de carreteras y actos de violencia ejecutados por organizaciones afines al ala evista del Movimiento al Socialismo (MAS) no solo agravan la situación económica que atravesamos.
RONNIE PIÉROLA GÓMEZ
Cuando Marcial Muyurina se dedicó a la política, lo hizo por una trastada del destino, un alarde de la muerte más que una vocación de la vida.
Cuando Marcial Muyurina se dedicó a la política, lo hizo por una trastada del destino, un alarde de la muerte más que una vocación de la vida.
ENRIQUE FERNÁNDEZ GARCÍA
Hay razones éticas, políticas y económicas, entre otros criterios, para rechazar los planteamientos de quienes defienden el comunismo. Por cierto, incluyo a lo que, según Marx, sería su estadio anterior, vale decir, el socialismo. Porque, más allá de lo teórico, su puesta en práctica ha resultado siempre un desastre. No me refiero sólo al milagro de multiplicar pobres, sin panes ni pescados, sino también a las cárceles y fosas que fueron engendradas por sus regímenes.
Hay razones éticas, políticas y económicas, entre otros criterios, para rechazar los planteamientos de quienes defienden el comunismo. Por cierto, incluyo a lo que, según Marx, sería su estadio anterior, vale decir, el socialismo. Porque, más allá de lo teórico, su puesta en práctica ha resultado siempre un desastre. No me refiero sólo al milagro de multiplicar pobres, sin panes ni pescados, sino también a las cárceles y fosas que fueron engendradas por sus regímenes.
¿Declarar el 6 de marzo, aniversario de El Alto, feriado nacional? ¿Por qué no?
No estoy en contra a priori. Sólo digo que sería abrir la puerta a una infinidad de reivindicaciones similares.
Bajo esa lógica estrecha y provinciana, tendríamos que declarar feriado el 20 de julio por ejemplo, día de la llegada del hombre a la Luna. Esto, considerando que los políticos de nuestro país, sobre todo en la oposición, viven en dicho astro.
¿Declarar el 6 de marzo, aniversario de El Alto, feriado nacional? ¿Por qué no?
No estoy en contra a priori. Sólo digo que sería abrir la puerta a una infinidad de reivindicaciones similares.
Bajo esa lógica estrecha y provinciana, tendríamos que declarar feriado el 20 de julio por ejemplo, día de la llegada del hombre a la Luna. Esto, considerando que los políticos de nuestro país, sobre todo en la oposición, viven en dicho astro.
“El horror, el horror”, susurra moribundo el coronel Kurtz con la mirada detenida en algún punto de la jungla. En su rostro, entre el sudor y la sangre, los labios se mueven apenas y los ojos parpadean lentos, agonizantes. El escenario se tiñe con la luz de la luna, el sacrificio de la vaca, los tambores rituales, el zumbido de las moscas.
“El horror, el horror”, susurra moribundo el coronel Kurtz con la mirada detenida en algún punto de la jungla. En su rostro, entre el sudor y la sangre, los labios se mueven apenas y los ojos parpadean lentos, agonizantes. El escenario se tiñe con la luz de la luna, el sacrificio de la vaca, los tambores rituales, el zumbido de las moscas.