El ladrón de perros, de Vinko Tomičić, fue galardonada en la vigésima edición del Santiago Festival Internacional de Cine (Sanfic 20), celebrada en agosto. Esta coproducción, que reúne talentos de Bolivia, Chile, México, Ecuador, Italia y Francia, destacó en la Competencia Internacional, donde el actor boliviano Franklin Aro se alzó con el premio a la Mejor Interpretación.
El filme sigue la vida de Martín, un joven de 14 años que trabaja como lustrabotas en La Paz. A lo largo de la película, Martín desarrolla la convicción de que uno de sus clientes más fieles, un solitario sastre llamado señor Novoa, podría ser su padre, quien lo habría abandonado al nacer.
Motivado por esta creencia, Martín trama un plan para robarle a Novoa lo que más ama: su perro. Esta conmovedora historia resalta la lucha interna del protagonista y los vínculos humanos en medio de la adversidad.
El reconocimiento a Franklin Aro en el Sanfic 20 subraya la importancia de la interpretación de Martín, un personaje complejo que refleja la dura realidad de muchos jóvenes en Bolivia.
Aro comparte pantalla con reconocidos actores como el chileno Alfredo Castro y la mexicana Teresa Ruiz.
El ladrón de perros recibió fondos de ayuda de Ibermedia a la coproducción en su convocatoria de 2019.
Los incendios forestales que asolan Bolivia desde hace más de tres meses han arrasado ya 4 millones de hectáreas, devastando miles de árboles y acabando con innumerables vidas animales. El impacto humano es igual de aterrador: familias enteras han tenido que ser evacuadas, viviendas se han convertido en cenizas, y niños y jóvenes han dejado de ir a la escuela por seguridad.
En aquella tarea, en la mayor parte de los casos un tanto mecánica y dicotómica, de buscar causas y responsables del mayor ecocidio y desastre ecológico producido en Bolivia, hay muchos puntos de vista.
En mi anterior columna, había adjudicado esa ignominiosa responsabilidad al expresidente Morales, al régimen y su partido. Los datos son elocuentes. Con el discurso del “vivir bien” se convirtieron en los más perversos depredadores de la Madre Tierra.
En aquella tarea, en la mayor parte de los casos un tanto mecánica y dicotómica, de buscar causas y responsables del mayor ecocidio y desastre ecológico producido en Bolivia, hay muchos puntos de vista.
En mi anterior columna, había adjudicado esa ignominiosa responsabilidad al expresidente Morales, al régimen y su partido. Los datos son elocuentes. Con el discurso del “vivir bien” se convirtieron en los más perversos depredadores de la Madre Tierra.
Escenas apocalípticas surcan incesantes y veloces por medios y redes sociales imprimiendo horror en las pupilas y en la conciencia de los usuarios, sean quienes sean. Se integran en una saga de largometrajes anuales sobre la base de la cual Bolivia ocupa el tercer lugar en el mundo en materia de incendios, luciéndose como un hueco en hundimiento sostenido. Imágenes satelitales y fotografías aéreas tiñen de rojo Bolivia en el centro del espacio de Sudamérica.
Escenas apocalípticas surcan incesantes y veloces por medios y redes sociales imprimiendo horror en las pupilas y en la conciencia de los usuarios, sean quienes sean. Se integran en una saga de largometrajes anuales sobre la base de la cual Bolivia ocupa el tercer lugar en el mundo en materia de incendios, luciéndose como un hueco en hundimiento sostenido. Imágenes satelitales y fotografías aéreas tiñen de rojo Bolivia en el centro del espacio de Sudamérica.
HUMBERTO VACAFLOR GANAM
Dar de comer a los bomberos voluntarios que tratan de apagar los incendios de los bosques es un pecado que debe castigarse con la muerte, según los incendiarios.
La profesora Marisabel Moirenda Urape, de 28 años, fue asesinada en Guarayos por los sicarios de la transnacional del crimen organizado que maneja estos incendios.
Dar de comer a los bomberos voluntarios que tratan de apagar los incendios de los bosques es un pecado que debe castigarse con la muerte, según los incendiarios.
La profesora Marisabel Moirenda Urape, de 28 años, fue asesinada en Guarayos por los sicarios de la transnacional del crimen organizado que maneja estos incendios.
IGNACIO VERA DE RADA
Como dice el filósofo H.C.F. Mansilla en su libro Filosofía occidental y filosofía andina (2016), “la idea del necesario equilibro entre el Hombre y la Tierra y la consciencia de la violación del medio ambiente por la civilización industrial, trajeron consigo por aquellos años una reevaluación de la ‘sabiduría indígena’, la que se expandió desde las selvas amazónicas hasta la zona montañosa de los Andes, dando una nueva oportunidad a la filosofía andina”.
Como dice el filósofo H.C.F. Mansilla en su libro Filosofía occidental y filosofía andina (2016), “la idea del necesario equilibro entre el Hombre y la Tierra y la consciencia de la violación del medio ambiente por la civilización industrial, trajeron consigo por aquellos años una reevaluación de la ‘sabiduría indígena’, la que se expandió desde las selvas amazónicas hasta la zona montañosa de los Andes, dando una nueva oportunidad a la filosofía andina”.