El estadio Hard Rock sobrepasó su aforo de 65.000 espectadores durante la final, después de que se abrieran las puertas del recinto y accedieran, sin control, miles de aficionados que esperaron horas a las puertas del escenario.
Los problemas en los accesos se originaron como consecuencia de una avalancha de aficionados sin boleto que entraron al estadio forzando una de las puertas y arrasando a miembros de la seguridad del estadio.
Ante el caos que hubo en las entradas al recinto, estos estuvieron cerrados durante más de una hora, hasta que la seguridad del estadio se hizo con el control de la situación. La Conmebol decidió que la final se postergase media hora, pero el retraso fue casi hora y media.
Se abrieron todas las puertas, sin que hubiese ningún tipo de control, y miles de hinchas pudieron entrar al estadio y coparon los pasillos y las zonas de evacuación del Hard Rock.
Todo el problema se generó unas dos horas de la final, cuando una avalancha de decenas de aficionados con camisetas de la selección de Colombia, y en menor número de Argentina, se saltaron los molinetes de ingreso al Hard Rock Stadium.
Los incidentes se registraron en una de las puertas de ingreso de los periodistas acreditados.