Hace más de 20 años estudié la carrera de historia del arte teniendo claro que su campo laboral era estrecho y que posiblemente me esperaba una vida de privaciones, pero sabiendo al mismo tiempo que no existía otra cosa que me apasionara tanto en la vida como la historia.
La semana pasada, unos jóvenes que me entrevistaron para un pódcast me preguntaron por qué había elegido ser historiadora y no otra cosa. Aunque como he dicho, al inicio todo tenía que ver con una pasión, con el paso de los años la historia me ha ayudado a comprender mejor la naturaleza humana y me ha permitido reconciliarme con mi pasado, algo que veo que en nuestro país es absolutamente necesario.
La relación de Bolivia con su historia es más de narrativas que de historia real y ha sido planteada no por historiadores sino por políticos que modificaban nuestro pasado en base a sus necesidades o a las que sus proyectos políticos de Estado requerían. En ese sentido, nuestra relación con la historia está más cerca de un discurso emocional que de un acercamiento provechoso que nos permita comprender nuestra idiosincrasia y compensar lo que haya que compensar a quienes haya que compensar.
Cuando nacimos como república, la política estatal fue promover el desprecio por España bajo la premisa de que la época colonial había sido nefasta y de que éramos afortunados de haberla dejado atrás; el incumplimiento de las promesas de prosperidad después de la independencia se supo camuflar bajo las banderas de la llamada libertad conseguida por héroes como Murillo o Azurduy y tras desfiles apoteósicos que se replican incluso hasta el presente para alegría de algunos y desdicha de otros.
Por eso de niños —y esto no ha cambiado con la llegada del Estado Plurinacional— conocemos la historia a partir de la narrativa que nos cuenta cómo los malvados españoles destruyeron nuestra perfecta sociedad prehispánica, esos sucios barbajanes, criminales y ladrones nos invadieron y oprimieron (algo similar se dice con el asunto de la Guerra del Pacífico), entonces nuestro primer acercamiento a la historia es emocional y deprimente. Lo malo de esto es que uno termina emocionalmente comprometido con esta narrativa sin ser capaz de superarla.
Así, cuando crecemos, crecemos enojados con nuestra historia, porque la sociedad y la escuela nos dicen que para ser buenos patriotas y no unos “felipillos”, es nuestro deber estar enojados, al principio con España, con Chile, con el imperio yanqui o con cualquier enemigo que se le ocurra a la narrativa de turno. Esto afecta grandemente nuestra percepción de nosotros mismos, justamente ahí radica la importancia de la historia.
Lo más fuerte que nos enseñan es a odiar nuestro pasado, a sentirnos avergonzados y lastimados por él, en Bolivia nos contamos la historia con rencor, en los últimos años nos están enseñando a contarla también con culpa, no podemos reconciliarnos con nuestro pasado porque tenemos una deuda con él y esa deuda, con el paso de los años, se hace impagable y aparece en nuestra psique siempre que aparecen los problemas. “Si no hubiéramos sido colonia española, si no nos hubiera gobernado la derecha, si nuestros indígenas hubieran conquistado Europa” son lamentos de la historia contrafactual que nos lastiman más que aliviarnos.
Durante el siglo XX surgió la corriente del movimiento indígena global —iniciado no por indígenas sino por organizaciones internacionales y ONG— que presentó reivindicaciones que poco tienen que ver con las que tenían los indígenas del siglo XIX o los de los levantamientos de Zárate Villka, pero que fueron consumidos y aceptados prontamente por las organizaciones sociales no sólo de Bolivia sino de Latinoamérica y se les construyó una narrativa histórica desde afuera; el problema es que quien establece tu narrativa histórica es quien tiene poder sobre ti, como pueblo pero también como individuo, porque somos la historia que nos contamos, pero si alguien más nos cuenta nuestra historia, ese alguien se convierte en nuestro amo.
Lo peor es que las versiones de la historia que nos cuentan estos narradores exógenos alteran nuestras emociones negativas, y ojo con eso porque quien maneja tus emociones es capaz de manejarte a ti. Con ello no quiero decir que no existe una deuda grande del país hacia varios sectores históricamente marginados, pero es importante que la agenda se establezca a partir de nosotros y no de influencias externas.
Las narrativas históricas dan poder al que las establece y se lo quitan al que las acepta, por eso es importante trascenderlas, acercarnos a la historia con fin de que esta nos sirva para comprender la complejidad de nuestra evolución y para aceptar que nuestra identidad se ha construido en base a todo lo vivido. No podemos estar orgullosos de lo que somos si despreciamos nuestro pasado.
El ciudadano está cansado de escuchar sandeces acerca de la desagradable y sucia administración de justicia y de las descaradas tramoyas que se arman en vistas de la absurda elección de magistrados. El ciudadano, fuera de abominar el tecnicismo jurídico, cree erróneamente que el desastre judicial solo es de interés de los litigantes cuando en realidad nadie está libre de caer en las garras de la “justicia”.
El ciudadano está cansado de escuchar sandeces acerca de la desagradable y sucia administración de justicia y de las descaradas tramoyas que se arman en vistas de la absurda elección de magistrados. El ciudadano, fuera de abominar el tecnicismo jurídico, cree erróneamente que el desastre judicial solo es de interés de los litigantes cuando en realidad nadie está libre de caer en las garras de la “justicia”.
RÓGER CORTEZ HURTADO
El resultado verdaderamente decisivo de la votación del domingo 14 de diciembre es la consagración del colapso del Tribunal Supremo Electoral (TSE) o, más propiamente, del Órgano o poder electoral del país. Lo ocurrido prueba que la próxima elección nacional será definida por el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), no por los electores, que determinará y sentenciará quienes serán los elegidos. El TSE será una figura ornamental para llenar formulismos.
El resultado verdaderamente decisivo de la votación del domingo 14 de diciembre es la consagración del colapso del Tribunal Supremo Electoral (TSE) o, más propiamente, del Órgano o poder electoral del país. Lo ocurrido prueba que la próxima elección nacional será definida por el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), no por los electores, que determinará y sentenciará quienes serán los elegidos. El TSE será una figura ornamental para llenar formulismos.
Hace más de 20 años estudié la carrera de historia del arte teniendo claro que su campo laboral era estrecho y que posiblemente me esperaba una vida de privaciones, pero sabiendo al mismo tiempo que no existía otra cosa que me apasionara tanto en la vida como la historia.
Hace más de 20 años estudié la carrera de historia del arte teniendo claro que su campo laboral era estrecho y que posiblemente me esperaba una vida de privaciones, pero sabiendo al mismo tiempo que no existía otra cosa que me apasionara tanto en la vida como la historia.
GABRIELA CANEDO VÁSQUEZ
“Si Manuela viviera, con nosotras estuviera”, con ese lema, mujeres activistas reclaman la persecución judicial de la que se consideran ser objeto debido a un acto de protesta pacífico que llevaron a cabo en la colina de San Sebastián, en el monumento de las Heroínas de la Coronilla, allí donde Manuela Gandarillas junto a otras mujeres valientes, resistieron al ataque de Goyeneche.
“Si Manuela viviera, con nosotras estuviera”, con ese lema, mujeres activistas reclaman la persecución judicial de la que se consideran ser objeto debido a un acto de protesta pacífico que llevaron a cabo en la colina de San Sebastián, en el monumento de las Heroínas de la Coronilla, allí donde Manuela Gandarillas junto a otras mujeres valientes, resistieron al ataque de Goyeneche.
Como ocurrió en Venezuela y México, urge en Bolivia elegir un candidato de oposición para vencer al Movimiento Al Socialismo (MAS) que gobierna hace 18 años y cuyo modelo ha resultado ser un fracaso, igual que el socialismo del siglo XXI.
Quien lanzó la idea fue la economista Amparo Ballivián —que tiene experiencia en el trabajo Estatal— y ha creado una plataforma para que la oposición vote por un solo postulante.
Como ocurrió en Venezuela y México, urge en Bolivia elegir un candidato de oposición para vencer al Movimiento Al Socialismo (MAS) que gobierna hace 18 años y cuyo modelo ha resultado ser un fracaso, igual que el socialismo del siglo XXI.
Quien lanzó la idea fue la economista Amparo Ballivián —que tiene experiencia en el trabajo Estatal— y ha creado una plataforma para que la oposición vote por un solo postulante.
La adolescencia es una etapa de muchos cambios a nivel biológico, físico y emocional, y también es una etapa en la que está expuesto a muchos peligros como las drogas, relaciones amorosas violentas, embarazos no planificados, trata de personas, violencia digital, etc. Ante esta situación se tiene la necesidad de informar a los adolescentes para prevenir estos peligros. Y es ahí donde los líderes juveniles, tienen un papel importante para enfrentar estas amenazas.
La adolescencia es una etapa de muchos cambios a nivel biológico, físico y emocional, y también es una etapa en la que está expuesto a muchos peligros como las drogas, relaciones amorosas violentas, embarazos no planificados, trata de personas, violencia digital, etc. Ante esta situación se tiene la necesidad de informar a los adolescentes para prevenir estos peligros. Y es ahí donde los líderes juveniles, tienen un papel importante para enfrentar estas amenazas.
CECILIA VARGAS VÁSQUEZ
Hace algún tiempo nació un niño con un problema congénito, uno muy grave, que requería para superarlo de por lo menos tres intervenciones, con un pronóstico muy malo; la bibliografía disponible en aquel momento decía que la mortalidad en centros altamente especializados, con tecnología de punta y experiencia de los profesionales en casos complejos, llegaba al 50%.
Hace algún tiempo nació un niño con un problema congénito, uno muy grave, que requería para superarlo de por lo menos tres intervenciones, con un pronóstico muy malo; la bibliografía disponible en aquel momento decía que la mortalidad en centros altamente especializados, con tecnología de punta y experiencia de los profesionales en casos complejos, llegaba al 50%.
A nivel organizacional, muchos gerentes de hospital o centros de salud siempre quieren mejorar el servicio. De hecho, los cursos de gerencia estratégica enseñan a mejorar los procesos y volverlos más eficientes. Pero muchas veces no se piensa en el impacto especifico que esto puede traer para el paciente.
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La división del Movimiento al Socialismo (MAS) y la disputa por su sigla, la profundización de la crisis económica, la ingobernabilidad legislativa, las elecciones judiciales, el manejo del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) y la tendencia fraccionaria de la oposición tradicional; han sido los temas que han cobrado relevancia y marcado la agenda política en el año que se va.
La división del Movimiento al Socialismo (MAS) y la disputa por su sigla, la profundización de la crisis económica, la ingobernabilidad legislativa, las elecciones judiciales, el manejo del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) y la tendencia fraccionaria de la oposición tradicional; han sido los temas que han cobrado relevancia y marcado la agenda política en el año que se va.
MARCELO GONZALES YAKSIC
El debate sobre el incremento de la tarifa del transporte urbano en Cochabamba aún no ha generado controversias entre los distintos sectores sociales y las autoridades locales, por la falta de información y el ocultamiento del proyecto de incremento. Verdad. Sólo los transportistas y sus afines lo conocen. Este tema involucra aspectos y cuestiones de justicia social, transparencia y la forma de gobernar de las autoridades municipales.
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