La presencia del bufeo rosado (Inia boliviensis) en los remansos del trópico de Cochabamba y en los ríos Iténez y Mamoré de Beni es una buena señal de la gran biodiversidad de la región amazónica del país pese a la deforestación, la contaminación, la pesca y el cambio climático, aseveran ecologistas y pescadores.
Sólo con observar al delfín boliviano de río (d’Orbigny, 1834) desplazándose y contoneándose al ritmo del oleaje de los ríos, la veterinaria de Faunagua Carla Pérez sabe que es un “buen indicador”, porque demuestra que todavía existe una gran cantidad de peces y de bosques en las cuencas.
Los indígenas llaman a los bufeos “centinelas” de la entrada a la región amazónica, la mayor selva tropical de Sudamérica que ayuda a generar lluvias y mantener el equilibrio, porque su sensibilidad les permite alertan de cambios.
Los bufeos son estimados por las leyendas que dicen que ayudan a los niños y evitan que se ahoguen. Además, socorren a los náufragos y protegen a las personas de los caimanes y serpientes, contó un pescador de Puerto Villarroel, con más de 25 años de experiencia, Flavio Guevara.
Estudios
Las funciones que cumplen estos cetáceos, que sólo se hallan en Bolivia, motivó a los investigadores a realizar expediciones cada tres años para contarlos y colocar ocho transmisores satelitales para conocer los más.
Entre los hallazgos más importantes se encuentran que los bufeos machos pueden desplazarse hasta 300 kilómetros en cuestión de tres a cuatro meses, mientras que las hembras se mueven menos, porque tienen que alimentar a sus crías.
Faunagua es una organización no gubernamental (ONG) que promueve la capacidad de diferentes actores en la gestión, conservación y el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales renovables.
En este contexto, el río Ichilo se transformó hace 15 años en un laboratorio pionero para poner en marcha expediciones que permitan evaluar las tendencias del cambio climático y la supervivencia de los bufeos.
“Hemos visto una tendencia decreciente de la población de bufeos después de 2012, esto se debe a diferentes razones. Pudo haber sido por el cambio climático, por la poca agua o también porque hemos elegido un mes diferente a los años anteriores”, informó el director técnico de Faunagua, Paul Van Damme.
Dijo que se detectó la mortandad de los bufeos aumentó entre 2010 y 2015, por los pescadores de blanquillo que usaban su carne como carnada. Sin embargo, se trabaja para frenar esta amenaza con campañas de educación ambiental y la Ley 284, que declara al delfín boliviano “patrimonio natural del Estado”.
“A nivel internacional, la especie está en peligro de extinción; en Bolivia se la tiene como vulnerable; es decir, sensible a la extinción. Esto ha sido declarado en 2019 y lo estamos reconfirmando”, afirmó.
Van Damme.mencionó que la clasificación de la vulnerabilidad tiene que ver con que la especie puede tener una sola cría cada dos años o al año, lo que hace que sea difícil la recuperación de los ejemplares ante cualquier riesgo.
Se estima que en Bolivia hay unos 3 mil delfines en las dos cuencas y sus afluentes que abarcan Cochabamba, Beni y Santa Cruz. La cifra no es exacta y puede variar a pesar de que se realiza con métodos internacionales, agregó. Se calcula que existe un bufeo por kilómetro.
Aplicación
Con el propósito de recolectar más información se capacitó a los pescadores para que con la aplicación móvil: BUFEO BOLIVIANO, registren lavistamientos.