Con chances intactas y resultados previos a su favor, The Strongest y Bolívar pueden dar esta noche el golpe sobre la mesa, cuando el primero reciba a Huachipato en La Paz (18:00) y el segundo visite a Flamengo en Río de Janeiro (20:30), ambos por Copa Libertadores.
El Tigre, actual monarca del fútbol boliviano, apunta a vencer al Acerero en el estadio Hernando Siles, resultado que lo alejará en la cima del grupo C con 10 unidades, aunque su boleto no estará confirmado hasta que Gremio complete su participación el 4 y 8 de junio, en partidos aplazados ante Huachipato y Estudiantes de La Plata, respectivamente, esto por la emergencia en Porto Alegre.
En el grupo E, Bolívar marcha líder e invicto con 10 unidades, además de estar virtualmente clasificado a octavos de final gracias a la igualdad de Millonarios de Colombia 1-1 con Palestino. Más allá del resultado a lograr esta noche en el estadio Maracaná de Río de Janeiro, la Academia apunta a sellar su boleto.
Al momento, el Tigre aseguró una bolsa de 3.220.000 dólares, y Bolívar, 3.330.000 dólares, montos por jugar la fase de grupos (3 millones de dólares) y por triunfo logrado (330 mil dólares).
Asimismo, los dos equipos quieren cerrar la semana tras debutar con éxito en el Torneo Clausura.
“Fue el primero en la lucha marcial” es uno de lo versos que destacan en el Himno a Cochabamba y que buscan reflejar el don de liderazgo de esta región, que hoy celebra 214 años del grito revolucionario de la Villa de Oropesa.
Era una noche de marzo de 2021. Estaba dichosa y no había nada que me pusiera de mal humor. Sin embargo, al promediar las 22:00, todo cambiaría. Comencé a sentir unos cólicos terribles y fui de emergencia al hospital.
Me llevaron de inmediato internada, pero en la ecografía no se veía nada. “Está todo normal”, dijo el ecografista. Luego, en la habitación, estaba junto a mí una mujer a punto de dar a luz.
Era una noche de marzo de 2021. Estaba dichosa y no había nada que me pusiera de mal humor. Sin embargo, al promediar las 22:00, todo cambiaría. Comencé a sentir unos cólicos terribles y fui de emergencia al hospital.
Me llevaron de inmediato internada, pero en la ecografía no se veía nada. “Está todo normal”, dijo el ecografista. Luego, en la habitación, estaba junto a mí una mujer a punto de dar a luz.
Puedo estar equivocado, pero...
Bolivia es un país esencialmente urbano y, a pesar de todo, bastante conectado con el mundo. Buena parte de la población, sobre todo los jóvenes, tiene aspiraciones relativamente modernas en cuanto a consumo y proyectos de vida. Podemos diferir en esto, pero estoy muy seguro de que sólo unos pocos loquitos desean en verdad reconstruir Tiwanaku o convertirse en nómadas guerreros en las llanuras del oriente.
Puedo estar equivocado, pero...
Bolivia es un país esencialmente urbano y, a pesar de todo, bastante conectado con el mundo. Buena parte de la población, sobre todo los jóvenes, tiene aspiraciones relativamente modernas en cuanto a consumo y proyectos de vida. Podemos diferir en esto, pero estoy muy seguro de que sólo unos pocos loquitos desean en verdad reconstruir Tiwanaku o convertirse en nómadas guerreros en las llanuras del oriente.
Mal asesorada por su agente de viajes, la ministra de Relaciones Exteriores se embarcó, hace poco, en unas vacaciones tristes por destinos derruidos donde un turista no recolecta más que desánimo y desazón.
Mal asesorada por su agente de viajes, la ministra de Relaciones Exteriores se embarcó, hace poco, en unas vacaciones tristes por destinos derruidos donde un turista no recolecta más que desánimo y desazón.
EMILIO MARTÍNEZ CARDONA
En un comentario sobre un reciente estudio del Institute for the Study of War (ISW), el geopolítico François Soulard señala que “sintetiza muy bien lo que significa moldear el entorno de percepción en un conflicto, en este caso el de Ucrania y del mundo occidental y global. No hay guerra ni acción conflictiva hoy sin esta cognitive warfare (guerra cognitiva)”.
En un comentario sobre un reciente estudio del Institute for the Study of War (ISW), el geopolítico François Soulard señala que “sintetiza muy bien lo que significa moldear el entorno de percepción en un conflicto, en este caso el de Ucrania y del mundo occidental y global. No hay guerra ni acción conflictiva hoy sin esta cognitive warfare (guerra cognitiva)”.