Después de echar la culpa de los desastres del país al Imperio, a la derecha y a la gestión de Áñez, el Gobierno de Luis Arce encontró un nuevo culpable para explicar la crisis energética que nos afecta y el declive de la producción de hidrocarburos: los pozos se han cansado.
“La solución estructural al tema de los hidrocarburos, nos va a llevar algo más de tiempo, porque los pozos se han cansado, ya no tienen la misma cantidad de gas y hay que hacer más exploración, hay que hacer más inversiones para poder reactivar otro sector que es importante”, dijo el presidente durante su visita del pasado 29 de abril al pueblo yuracaré.
Lo bueno de esta revelación es la evidencia de que nuestro Gobierno, finalmente, se da cuenta de que el gas y el petróleo son productos perecederos y que es necesario renovarlos. No en vano, los analistas vaticinan que desde 2030 comenzaremos a importar gas y que, en 2026, el 85% del diésel que consumimos será importado.
Lo malo es que Arce no admite (ni lo hará) que desde 2005 no se llegó a descubrir un solo reservorio de gas de importancia, debido a las bajas inversiones realizadas en exploración y a los pocos estímulos ofrecidos a empresas internacionales para que realicen este trabajo.
La administración gubernamental del MAS siempre se ha beneficiado de lo que le dejaron las gestiones anteriores, el anunciado “mar de gas” (refiriéndose al Boyuy X-2, en Tarija) fue una burla y en más de una ocasión el Gobierno anunció nuevos yacimientos que ni fueron importantes ni se descubrieron en su gestión (como el hallazgo de petróleo en el pozo Yarará X1, anunciado por la gestión de Arce en diciembre de 2020, cuando ya había sido presentado por la de Áñez en marzo del mismo año).
Es que la producción de hidrocarburos ha ido en permanente picada.
Sólo para hacer comparaciones, la caída de la producción de gas es más o menos de 35% entre 2014 y 2023 (a marzo). En ese periodo, la producción bajó de 60 millones de metros cúbicos por día (MMm3d) a 39 MMm3d, sin contar con que el declive continúa.
Dos días después de anunciar el cansancio de los pozos, Luis Arce da una “buena noticia” en su discurso del Primero de Mayo en la Plaza San Francisco, de La Paz: el descubrimiento del pozo YOPE-X1 en el municipio de Yapacaní (Santa Cruz). Por supuesto, sus afines estallaron en aplausos y vítores.
La experiencia de anuncios similares, y que quedaron solo en eso, aconseja recibir este con prudencia y hasta escepticismo: Arce no dijo si se trata de un pozo de gas o de petróleo, tampoco mencionó los volúmenes que se podrían explotar, ni si se trata de un pozo vigoroso, o cansado.