Con elegancia, carisma y el espíritu de la Navidad, Alejandra Quintanilla es la protagonista de la portada de la edición especial de la Revista OH! de este domingo. La joven modelo cochabambina, Top Chica Premier y Reina del Carnaval 2022 luce un atuendo exclusivo diseñado por Alfileri by Palillo, destacando los colores y elementos propios de la época navideña.
La prenda, elaborada en tonos rojos intensos con detalles de felpa y alas que evocan la imagen de los ángeles, simboliza la magia, la esperanza y la renovación que trae la Navidad, explica la diseñadora María Fernanda Subieta.
A sus 22 años, Alejandra, quien se describe como una persona soñadora y alegre, destaca en el mundo del modelaje con seis años de trayectoria. Además, se encuentra en su último año de internado en Medicina. Su talento la llevó a representar a Bolivia en el New York Fashion Week 2023 y tuvo colaboraciones con marcas nacionales e internacionales.
El diseño exclusivo de la portada, retratada por Melany Soria, es obra de Alfileri by Palillo, una marca boliviana que vistió a importantes empresas y personalidades del país. Su fundadora, María Fernanda Subieta, una ingeniera financiera que decidió perseguir su pasión por la moda, creó una prenda que refleja la calidez y la fuerza de la Navidad.
Esta edición es, además, un adelanto del Calendario OH! 2025, en el que Alejandra Quintanilla y Fernanda Requena, Chicas Premier, serán las protagonistas. Ambas deslumbran con vestuarios novedosos que destacan la elegancia, la belleza y la fuerza femenina.
El calendario, producido con la dirección fotográfica de Andrés Herbas y Charles Nozza Studio de Belleza en maquillaje y peinado, promete ser un ejemplar de colección. Estará disponible la primera semana de enero de 2025 junto al periódico Los Tiempos. Descubre más de esta producción en nuestras redes sociales en TikTok e Instagram.
El río Rocha que en el pasado inspiró canciones y bañaba el valle de Cochabamba; ahora, parece agonizar frente a todos. Ya no queda nada de su corriente caudalosa y sin olor; es más, en la época seca parece un arroyo de aguas negras, fétidas y estancadas.
El río es parte de la cuenca del mismo nombre y su cauce principal atraviesa la región metropolitana de Cochabamba, la más poblada del departamento, lo que lo hace más vulnerable a las acciones humanas e industriales.
GARY ANTONIO RODRÍGUEZ
Seguramente ha oído hablar de “seguridad alimentaria”, pero ¿qué significa eso? La seguridad alimentaria implica que haya una oferta suficiente de alimentos en el mercado, sean éstos nacionales o extranjeros, a un precio accesible, de ahí que es posible tener seguridad alimentaria sin ser autosuficiente. Nuestro país, por ejemplo., cada año gasta millones de dólares importando cientos de miles de toneladas de trigo y harina de trigo, entonces, tenemos seguridad alimentaria con productos extranjeros.
Seguramente ha oído hablar de “seguridad alimentaria”, pero ¿qué significa eso? La seguridad alimentaria implica que haya una oferta suficiente de alimentos en el mercado, sean éstos nacionales o extranjeros, a un precio accesible, de ahí que es posible tener seguridad alimentaria sin ser autosuficiente. Nuestro país, por ejemplo., cada año gasta millones de dólares importando cientos de miles de toneladas de trigo y harina de trigo, entonces, tenemos seguridad alimentaria con productos extranjeros.
La presidencia no es una responsabilidad para aprender en el cargo. Es decir, para conducir un país se requiere de formación y experiencia. Caso contrario corremos el riesgo de improvisar y equivocarnos.
Más aun, los candidatos no deben presentar solo lo que prometen hacer en el futuro, sino lo que han hecho antes: qué formación profesional, qué experiencia de gobierno, qué pruebas de integridad moral, qué apego a la democracia y qué apego a la institucionalidad han defendido.
La presidencia no es una responsabilidad para aprender en el cargo. Es decir, para conducir un país se requiere de formación y experiencia. Caso contrario corremos el riesgo de improvisar y equivocarnos.
Más aun, los candidatos no deben presentar solo lo que prometen hacer en el futuro, sino lo que han hecho antes: qué formación profesional, qué experiencia de gobierno, qué pruebas de integridad moral, qué apego a la democracia y qué apego a la institucionalidad han defendido.
CARLOS DERPIC SALAZAR
El título de esta columna no hace alusión a los hermosos bailecitos del folklore boliviano, sino a la espantosa y demagógica práctica en que el MAS sumió a Bolivia con la engañifa de “democratizar la justicia” que, tuvo, el pasado domingo 15 de diciembre, su tercera versión.
El título de esta columna no hace alusión a los hermosos bailecitos del folklore boliviano, sino a la espantosa y demagógica práctica en que el MAS sumió a Bolivia con la engañifa de “democratizar la justicia” que, tuvo, el pasado domingo 15 de diciembre, su tercera versión.
Hace algunos días, los bolivianos asistimos a elegir una vez más a las máximas autoridades de las cuatro instituciones del Órgano Judicial, que ejercerán sus cargos por seis años. Y lo hicimos obligados por el mandato de la Constitución, bajo amenaza de sanciones pecuniarias y ante el riesgo de vernos impedidos de ejercer derechos ciudadanos que nada tienen que ver con este proceso.
Hace algunos días, los bolivianos asistimos a elegir una vez más a las máximas autoridades de las cuatro instituciones del Órgano Judicial, que ejercerán sus cargos por seis años. Y lo hicimos obligados por el mandato de la Constitución, bajo amenaza de sanciones pecuniarias y ante el riesgo de vernos impedidos de ejercer derechos ciudadanos que nada tienen que ver con este proceso.