Mas allá de su impacto mediático, el caso Pelicot —cuyo juicio concluyó ayer en Aviñón, Francia, con sentencias de prisión para los 51 condenados por violación a la esposa de uno de ellos— motiva reflexiones acerca de este tipo de sucesos y la manera como la sociedad los percibe.
MANFREDO KEMPFF SUÁREZ
Estimado Goni:
Estimado Goni:
Hasta el 21 de junio de 2022, todavía creía que el año nuevo andino comenzaba en ese día del año, en coincidencia con el solsticio de invierno. Crédulo e ingenuo, me abrigaba hasta donde el cuerpo tolerara y me iba hasta el cerro Chapini, de Potosí, a recibir los primeros rayos del sol. Debo admitir que era una experiencia fascinante.
Pero el estudio de la historia tiene sus desventajas y una de ellas es que te abre los ojos…
Hasta el 21 de junio de 2022, todavía creía que el año nuevo andino comenzaba en ese día del año, en coincidencia con el solsticio de invierno. Crédulo e ingenuo, me abrigaba hasta donde el cuerpo tolerara y me iba hasta el cerro Chapini, de Potosí, a recibir los primeros rayos del sol. Debo admitir que era una experiencia fascinante.
Pero el estudio de la historia tiene sus desventajas y una de ellas es que te abre los ojos…
RUDDY ORELLANA V.
Quizás, el antecedente más claro de dominio indígena en Bolivia fue el que ejerció el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) en su tiempo histórico político y social más trascendental. Esa fue una coyuntura clara de poder dual que tuvo sus frutos pero que, con el devenir, deterioró el tejido social y político del país.
Quizás, el antecedente más claro de dominio indígena en Bolivia fue el que ejerció el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) en su tiempo histórico político y social más trascendental. Esa fue una coyuntura clara de poder dual que tuvo sus frutos pero que, con el devenir, deterioró el tejido social y político del país.
“Voy a seguir hasta morir”, dijo Amparo Carvajal después del fallo judicial que rechazó su pedido para recuperar las oficinas de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (Apdhb), creada en 1979, de las que fue desalojada por los grupos de choque afines al Gobierno. Desde entonces decidió mantener su protesta en la calle a pesar del frío paceño, de su edad y de su salud quebrantada. La misma Amparo de las dictaduras en su trinchera irreductible. Una anciana enferma desafiando al poder.
“Voy a seguir hasta morir”, dijo Amparo Carvajal después del fallo judicial que rechazó su pedido para recuperar las oficinas de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (Apdhb), creada en 1979, de las que fue desalojada por los grupos de choque afines al Gobierno. Desde entonces decidió mantener su protesta en la calle a pesar del frío paceño, de su edad y de su salud quebrantada. La misma Amparo de las dictaduras en su trinchera irreductible. Una anciana enferma desafiando al poder.