La reciente incautación en Chile de más de 400 kilos de marihuana y cocaína procedentes de Bolivia y la captura de seis personas vinculadas con ese tráfico evidencian, por contraste, el pobre desempeño de las fuerzas policiales antidroga bolivianas.
Ése no es el único caso que, al comparar con lo que sucede en Bolivia, deja mal paradas a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn), sus autoridades y las instancias gubernamentales correspondientes.
Del mismo modo que el caso de la droga confiscada por la Policía de Investigaciones (PDI) chilena, la Operación Internacional Hinterland, concluida en marzo, muestra resultados importantes en la lucha contra el narcotráfico obtenidos gracias a un trabajo sostenido y de largo aliento.
En Chile, el trabajo investigativo que condujo a la captura de la carga de marihuana y cocaína bolivianas duró un año y, además de la confiscación de las drogas, permitió desbaratar el esquema criminal que importaba y comercializaba esas sustancias.
Respecto de la Operación Internacional Hinterland, ésta se extendió desde 2021 hasta marzo de 2023, permitió el decomiso de 17 toneladas de cocaína, la detención de 15 involucrados, el congelamiento de cuentas bancarias de 147 personas y 66 empresas y la incautación de 176 vehículos y más de 87 millones de dólares en activos.
Cuerpos policiales de cinco países: Alemania, Francia, España, Brasil y Paraguay participaron de esa vasta operación de la que Felcn fue excluida, a pesar —o quizás en razón— de que “un objetivo prioritario fue arrestado en Paraguay por su supuesta participación en el manejo de la logística entre Paraguay y Brasil, y la negociación directa con proveedores en Bolivia”, señala el informe de Europol sobre la operación.
En Bolivia, tercer productor de cocaína del mundo, según la ONU, pero sólo país de tránsito “obligatorio”, según el Viceministro de Defensa Social y de Sustancias Controladas, el zar antidroga nacional, los operativos son a menudo motivados por denuncias, los casos que involucran a policías se olvidan en los laberintos de la diligente justicia, y los efectivos de la Felcn son objeto de ataques cuando actúan en zonas productoras de coca.
Este aspecto parece ser uno, sino el primordial, de los que exigen del titular encargado de la seguridad interna del país, el Ministro de Gobierno, “trabajar con mucha más fuerza, con mucha más dedicación”, como proclamó esa autoridad luego de su censura parlamentaria, destitución y restitución en el cargo.