El proceso electoral que lleva hacia los comicios generales de agosto de 2025 cobró mayor fuerza y aceleración en las últimas horas, luego que dos de los protagonistas con mayor visibilidad, el expresidente Tuto Quiroga y el actual alcalde de Cochabamba, Manfred Reyes Villa anunciaran oficialmente su candidatura.
Quiroga lo hizo a través de un video grabado para sus redes sociales donde señaló que “hay momentos y circunstancias que definen el futuro de un país, de nuestra amada Bolivia” y anunció para este martes 17 de diciembre, a las 18:00 hora, la realización de un evento en el que todo apunta a que el ingeniero industrial de 64 años confirmará su postulación.
Quiroga negoció en los últimos días una alianza con el Frente Revolucionario de Izquierda (FRI), organización política que nació en abril de 1978 y que fue liderada durante largos años por Óscar Motete Zamora, exalcalde y prefecto de Tarija, exministro de Trabajo y senador de la República, que en 1993 sorprendió al convertirse en candidato a la vicepresidencia de la fórmula encabezada por el general Hugo Banzer para las elecciones generales de ese año.
Más pragmático que inflexible, Zamora, que en otros tiempos lideró la agrupación guerrillera Unión de Campesinos Pobres, Ucapo, de filiación maoísta, y con la que incluso llegó a tomar varias haciendas en el departamento de Santa Cruz, se movió desde la izquierda hacia escenarios menos radicales en los años ochenta y noventa del siglo pasado.
“Yo no cambié, la que cambió fue la realidad”, respondió Zamora a quienes le criticaron por haber abandonado las trincheras revolucionarias para acceder al poder por vías democráticas y bajo alianzas con los que en otras épocas fueron sus adversarios ideológicos.
31 años después, el FRI, el partido que en elecciones anteriores sirvió de eje alrededor del cual se conformó la agrupación Comunidad Ciudadana (CC) que postuló a Carlos Mesa en dos procesos electorales (2019 y 2020), formará ahora parte de la columna vertebral de la alianza “Libre” que postulará a Tuto Quiroga, exmilitante de ADN y exvicepresidente durante el gobierno democrático de Hugo Banzer.
Más que una fuerza política activa, el FRI es un partido con registro que, por lo tanto, cuenta con la posibilidad de ofrecer su sigla como vehículo para las aspiraciones de candidatos y organizaciones que no cuentan con personería jurídica, ni están en condiciones de gestionar o acumular las firmas necesarias para recibir el aval del Órgano Electoral Plurinacional (OEP).
Es decir que, a estas alturas, no se trata ya de considerar las afinidades ideológicas, sino simplemente de encontrar una fórmula, la más a mano, para despejar el camino y superar de la manera más rápida y eficiente los laberintos, a veces arduos, de los trámites electorales.
Tuto Quiroga, usualmente más cauteloso y calculador en la toma de este tipo de decisiones, dio un paso clave incluso a riesgo de afectar la continuidad de las negociaciones en las que estuvo involucrado, con Carlos Mesa, Samuel Doria Medina y Luis Fernando Camacho, para gestar un acuerdo de unidad.
El inesperado movimiento de Quiroga provocó malestar en algunos sectores de Comunidad Ciudadana y molestia en su líder, Carlos Mesa, quien, si bien no tiene el respaldo como para pensar en una futura victoria electoral, al menos buscaba convertirse, con un gesto de desprendimiento político, en el primer líder en dar un paso al costado, para promover un bloque opositor capaz de enfrentar al MAS con posibilidades de victoria.
Quiroga adelantó la despedida de Mesa y obviamente le restó brillo, pero no se le puede culpar de haber ido más rápido, considerando que de todos los protagonistas que buscaban un pacto para consolidar la unidad era el único que no tenía el respaldo de una organización política habilitada electoralmente, una posición que seguramente influía sobre las posibilidades de negociar desde un lugar más sólido.
Más allá de los resentimientos, si los hubo, si Carlos Mesa quería conseguir una posteridad política menos incómoda, debió retirarse a tiempo y propiciar desde fuera la unidad. Así su imagen posiblemente hubiera estado asociada a la construcción del proyecto de apertura de un nuevo ciclo político y económico. La dinámica de la política, a veces, deja atrás a sus protagonistas y eso es irreversible.
Desde un espacio diferente, más seguro acaso, Tuto Quiroga deberá intentar reactivar la unidad a través de una negociación más directa con Samuel Doria Medina y, eventualmente con Luis Fernando Camacho.
Si hace algunas semanas Doria Medina dio un paso adelante con el lanzamiento de sus soluciones para el país, Quiroga lo hizo ahora con la formalización de su candidatura. En lo inmediato consiguió el impacto que buscaba. Ya se verá como sostiene las cosas hacia delante.
Por ahora, el expresidente que sucedió a Hugo Banzer tras la renuncia de éste por enfermedad en 2001 ha mostrado no sólo una imagen diferente, más relajada, dejando la corbata atrás y animándose incluso a ensayar audaces pasos de baile en escenarios populares, sino también una actitud política distinta, menos “elegante” y “respetuosa de las formas”, pero con el atrevimiento que a veces se necesita, dicen, no sólo para correr, sino para llegar.
Lo de Reyes Villa es menos sorpresivo y polémico. Súmate, la organización que lo respalda consiguió las firmas necesarias para obtener la personería, lo que permitió que el todavía alcalde se atreviera a decir, ya sin rodeos, que es oficialmente candidato a la presidencia.
Las elecciones del 2025 van tomando forma. Unos saltan a la arena antes que otros, lo que tal vez no diga mucho en una carrera de largo aliento, pero allá van.
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