Mas allá de su impacto mediático, el caso Pelicot —cuyo juicio concluyó ayer en Aviñón, Francia, con sentencias de prisión para los 51 condenados por violación a la esposa de uno de ellos— motiva reflexiones acerca de este tipo de sucesos y la manera como la sociedad los percibe.
en las épocas del auge económico, cuando todo era alegría en el Movimiento al Socialismo y a Evo Morales sólo le faltaba volver a tocar los platillos de pura emoción, cuando incluso los empresarios miraban con ojos condescendientes los logros del proceso de cambio, alguien dijo que los bolivianos vivíamos sobre un inagotable mar de gas.
en las épocas del auge económico, cuando todo era alegría en el Movimiento al Socialismo y a Evo Morales sólo le faltaba volver a tocar los platillos de pura emoción, cuando incluso los empresarios miraban con ojos condescendientes los logros del proceso de cambio, alguien dijo que los bolivianos vivíamos sobre un inagotable mar de gas.
El caudillismo divide a los partidos políticos y parece que forma parte del ADN de la mayoría de los gobernantes latinoamericanos, especialmente de los representantes del socialismo del siglo XXI. Todos estos dirigentes ni bien han trepado al poder, salvo “Pepe” Mujica del Uruguay, han buscado la forma de perpetuarse en el gobierno, cambiando las reglas democráticas que les permitieron llegar al poder.
El caudillismo divide a los partidos políticos y parece que forma parte del ADN de la mayoría de los gobernantes latinoamericanos, especialmente de los representantes del socialismo del siglo XXI. Todos estos dirigentes ni bien han trepado al poder, salvo “Pepe” Mujica del Uruguay, han buscado la forma de perpetuarse en el gobierno, cambiando las reglas democráticas que les permitieron llegar al poder.
Muchos hemos llegado al hartazgo con la cantaleta del “golpe de Estado” y del fraude electoral. Basta ya de ociosidades porque el pueblo no se alimenta, no encuentra cura a sus enfermedades, no se viste, ni se educa con la mezcla cotidiana de la imbecilidad con la ambición política. El pueblo exige que se satisfagan sus grandes y vitales necesidades echadas por completo al olvido. Tendría que ser un tonto o un ingenuo quien crea en lo que dicen los embusteros de la politiquería.
Muchos hemos llegado al hartazgo con la cantaleta del “golpe de Estado” y del fraude electoral. Basta ya de ociosidades porque el pueblo no se alimenta, no encuentra cura a sus enfermedades, no se viste, ni se educa con la mezcla cotidiana de la imbecilidad con la ambición política. El pueblo exige que se satisfagan sus grandes y vitales necesidades echadas por completo al olvido. Tendría que ser un tonto o un ingenuo quien crea en lo que dicen los embusteros de la politiquería.
En la semana que termina y después de cinco largos meses, el Banco Central de Bolivia (BCB) presentó los datos de las reservas internacionales (RI). ¡Eureka! ¡Gracias a San Lenin!, se escuchó entre los agentes económicos, personas y empresas que estaban tomando decisiones financieras y comerciales a oscuras.
En la semana que termina y después de cinco largos meses, el Banco Central de Bolivia (BCB) presentó los datos de las reservas internacionales (RI). ¡Eureka! ¡Gracias a San Lenin!, se escuchó entre los agentes económicos, personas y empresas que estaban tomando decisiones financieras y comerciales a oscuras.