Ante la creciente preocupación por el manejo de los residuos en la ciudad, Sebastián Canedo, un estudiante universitario, fundó “Huk Kallpalla”, un proyecto que surgió en plena pandemia, para fomentar la separación y el compostaje de residuos orgánicos en las familias.
“A mí me gusta mucho manejar bicicleta, y, al ver la basura acumulada que olía mal en diferentes esquinas, pensé en hacer algo”, relató. Entonces, investigó y descubrió que más del 50 por ciento de la basura es orgánica. Así nació la idea de fomentar un cambio de cultura en la población y “no sólo mirar”, sostuvo.
A lo largo del proyecto, más de 60 familias fueron capacitadas en la correcta clasificación de los residuos. “Lograr que las familias adopten una cultura de reciclaje es un reto, pero es posible con educación y compromiso”, destacó.
Aunque el proyecto se pausó temporalmente para ajustar estrategias, la iniciativa busca reactivarse con la implementación de puntos verdes en la ciudad, que facilitarán la recolección de los residuos orgánicos para transformarlos en compost. Así se beneficia tanto a las familias como al medioambiente, señaló.
Mariana Pedraza, quien se describe como “la loca del reciclaje”, contó que aplicó lo aprendido en su empresa y pasó a producir dos de seis bolsas diarias de basura.
Por su parte, María José Hurtado destacó cómo la separación de los residuos eliminó los malos olores en su hogar. El proyecto también inspiró a amigos de Sebastián, como Enzo Ferrel y Mary Vaca. Ambos coincidieron en la necesidad de apoyar estas iniciativas que contribuyen al medioambiente.
Canedo convocó a la población a sumarse y separar sus residuos de forma inteligente en sus condominios, barrios y áreas verdes.