En respuesta a las necesidades del sector panificador en Cochabamba, la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) anunció su disposición para aumentar el volumen de harina destinado a los panificadores del departamento. Esta medida busca garantizar la estabilidad en la producción del pan de batalla, alimento esencial en la dieta diaria de la población.
Según Manuel Mamani, vocero de Emapa en Cochabamba, actualmente la empresa mantiene un convenio con la Federación Departamental de Panificadores que abarca a 11 asociaciones y más de 260 afiliados. Este acuerdo establece un cupo mensual de 24.800 quintales de harina, de los cuales 18.000 ya han sido entregados en lo que va del mes de agosto. “Estamos dispuestos a entregar los 6.000 quintales restantes y a aumentar el volumen si es necesario”, afirmó Mamani en entrevista con Los Tiempos.
La harina que Emapa suministra a los panificadores está subsidiada, lo que permite ofrecer un quintal de 50 kilos a 136 bolivianos, significativamente por debajo del precio de mercado que oscila entre 295 y 300 bolivianos en los principales centros de abasto como La Cancha y La Pampa. Este subsidio es clave para mantener el precio accesible del pan de batalla, especialmente en un contexto de creciente demanda y presión inflacionaria.
Mamani también destacó que Emapa está llevando a cabo un control riguroso y una planificación exhaustiva para asegurar la distribución adecuada de la harina. “Estamos visitando los lugares donde se produce el pan de batalla y estamos preparados para aumentar el suministro según sea necesario”, indicó. Estas visitas e inspecciones son parte de una estrategia para evaluar de manera precisa las necesidades del sector y ajustar la distribución de la harina en función de la demanda real.
Además, el vocero de Emapa subrayó la importancia de coordinar con las diferentes regiones del departamento, incluyendo el Cono Sur, los valles, la región andina y el trópico, para garantizar que la harina llegue a todos los panificadores afiliados.
Este compromiso de Emapa refleja su papel fundamental en la cadena de producción y distribución de alimentos básicos en Bolivia, asegurando que, a pesar de las dificultades económicas y logísticas, el pan de batalla continúe siendo accesible para las familias cochabambinas.