Un nuevo ataque aéreo ruso contra el sistema energético ucraniano ha vuelto a socavar este jueves los esfuerzos de Kiev y sus aliados para reparar las infraestructuras dañadas en anteriores bombardeos antes de que la llegada de las bajas temperaturas dispare la demanda de electricidad.
Con parte de los 27 drones y 9 misiles lanzados anoche contra territorio ucraniano, Rusia consiguió dañar infraestructuras eléctricas en las regiones de Kiev (norte), Dnipropetrovsk (centro), Vínitsia (oeste) y Donetsk (este), hiriendo además a siete trabajadores del sector. Uno de ellos está hospitalizado en estado grave, según la empresa pública Ukrenergo.
Un total de 218.000 abonados al sistema nacional de electricidad se han visto privados de suministro como resultado del bombardeo, según informó el Ministerio de Energía de Ucrania.
El servicio ha podido restablecerse para algunos de ellos, que sin embargo sufren los cortes programados con que las autoridades tratan desde hace semanas de compensar el déficit de suministro provocado por los siete ataques masivos lanzados por Rusia contra el sistema eléctrico ucraniano desde el pasado 22 de marzo.
Destrucción, reconstrucción y vuelta a empezar
Una de las infraestructuras atacadas es una central térmica propiedad de la empresa privada ucraniana DTEK, cuyas infraestructuras han sufrido desde el comienzo de la invasión a gran escala 180 bombardeos en los que han muerto tres trabajadores y otros 53 han resultado heridos.
"DTEK sufrió daños sustanciales en una central térmica como consecuencia de la oleada de ataques con drones rusos durante las primeras horas del jueves", comunicó la empresa a través de sus redes sociales.
Según una declaración del director ejecutivo de la empresa, Maxim Timchenko, facilitada a EFE por DTEK, la central alcanzada la pasada madrugada por el Ejército ruso "ya había sufrido daños en ataques anteriores".
La suerte de esta central de DTEK -que ha perdido un 90% de su capacidad de generación en la presente campaña de ataques rusos- es un ejemplo del ciclo al que sigue condenado el sector eléctrico ucraniano debido a la vulnerabilidad de sus infraestructuras a los bombardeos enemigos.
Como ha recordado este jueves la empresa, numerosos Gobiernos y compañías energéticas occidentales se comprometieron la semana pasada en la Conferencia Internacional para la Reconstrucción de Ucrania celebrada en Berlín a apoyar con dinero, tecnología, experiencia y conocimientos a sobreponerse cuanto antes a los efectos de los ataques rusos.
Pero todos estos empeños caen una y otra vez en saco roto cuando los misiles y drones rusos vuelven a golpear centrales eléctricas ucranianas como la de DTEK.
Defensas aéreas para romper el ciclo
"Necesitamos urgentemente cerrar nuestros cielos o Ucrania se enfrentará a una crisis muy seria este invierno", dijo Timchenko en su declaración, utilizando una expresión que se ha popularizado en Ucrania desde el comienzo de esta guerra y hace referencia a la protección efectiva del territorio de los ataques aéreos del enemigo.
Países como España, Italia, Alemania o Estados Unidos anunciaron el envío de sistemas antiaéreos para que Ucrania se acerque a su objetivo de cerrar su cielo.
El último en sumarse a la lista ha sido la vecina Rumanía, que este mismo jueves anunció la entrega de un sistema de defensa antiaérea Patriot a Ucrania.
"Esta contribución crucial reforzará nuestro escudo aéreo y nos ayuda a proteger mejor a nuestra gente e infraestructura crítica del terror aéreo ruso", escribió el presidente Volodímir Zelenski en un mensaje de agradecimiento publicado en la red social X.