A la larga lista de accidentes aéreos en Nepal, tanto de aerolíneas nacionales como internacionales, se sumó ayer un nuevo suceso al estrellarse un avión que despegaba del aeropuerto de Katmandú, en el cual murieron 19 pasajeros.
El piloto del avión siniestrado ayer, que se dirigía a la ciudad de Pokhara, lugar habitual de entrada a los Himalayas, ha sido el único superviviente del aparatoso accidente.
El país asiático es considerado como uno de los más peligrosos para volar por la frecuencia en que ha registrado trágicos accidentes mortales, que se han cobrado la vida de centenares de personas.
El mal estado de las aeronaves nacionales y de la infraestructura en los aeropuertos, una climatología que cambia rápidamente y una orografía adversa son citadas como algunas de las razones detrás de los accidentes.
Nepal ha sido objeto de reiteradas sanciones internacionales por la falta de controles, y la Unión Europea prohíbe desde 2013 el acceso a su territorio de las aerolíneas nepales.
En enero de 2023, un vuelo de la compañía nepalí Yeti Airlines se estrelló en Pokhara con 72 personas a bordo, en el peor suceso en una década en el país asiático. Se atribuyó a un error humano y no dejaron supervivientes.
El accidente más grave registrado en la historia de Nepal fue el 28 de septiembre de 1992, cuando un Airbus-300 de la compañía Pakistan International Airlines (PIA) se estrelló durante las maniobras de aproximación al aeropuerto de Katmandú, provocando la muerte de 167 personas.