Actualidad País
El ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, entregó este jueves equipamiento a la Policía Boliviana valuado en Bs 157 millones y anunció la incorporación de 1.832 agentes a la institución en todo el país.
Empadronadores. La Paz y Santa Cruz son los departamentos con menor porcentaje de voluntarios inscritos para el censo.
El gobernador de Santa Cruz, Fernando Camacho, escribió desde la cárcel: “Mario Aguilera fue mi acompañante de fórmula y él debería estar en estos momentos defendiendo la institucionalidad, defendiendo la lucha cruceña por la elección de autoridades, defendiendo la autonomía, defendiendo y el voto de los cruceños, y no en coordinaciones con el MAS para consolidar el golpe.
Agenda. Creemos denuncia un “golpe institucional” contra Camacho tras el fallo constitucional que ordenó a su vicegobernador, Mario Aguilera, reemplazarlo en su cargo. Del Castillo pide cumplir el fallo.
Castigos. Félix Huanca y Pastor Cutile recibieron la pena máxima. Belinda Ramos (15 años) y Exaltación Arisamendi (dos).
Rebrote. En las últimas dos semanas, hubo en Bolivia un aumento de 128 por ciento de contagios de coronavirus.
Opinión

Es alarmante la cifra que brinda la Defensoría del Pueblo con relación al embarazo adolescente en Bolivia, según se publica en la edición de hoy de nuestro medio de comunicación con el titular: Cada día quedan embarazadas 104 adolescentes; muchas terminan en matrimonios forzados. Aún más preocupante es que en la mayoría de los casos están relacionados con agresiones sexuales.

Puntos de Vista

LA H PARLANTE

DESDE LAS REDES

La Compañía de Jesús en Bolivia vive la peor crisis reputacional de su historia.

Ante la denuncia mundial sobre el abuso sexual a 85 estudiantes del Colegio Juan XXIII entre los años 1972 y 1989, sus respuestas y reacciones han sido fallidas.

La Compañía de Jesús en Bolivia vive la peor crisis reputacional de su historia.

Ante la denuncia mundial sobre el abuso sexual a 85 estudiantes del Colegio Juan XXIII entre los años 1972 y 1989, sus respuestas y reacciones han sido fallidas.

Quienes siguen mi columna, que dicho sea de paso ya lleva casi 25 años de aparecer en la prensa, saben de mi aversión a la plañidera boliviana por el mar, eso me hace un poco especial, o raro. Sí, soy de los pocos bolivianos que no quiere mar, y eso no me hace amar a Bolivia menos.

Quienes siguen mi columna, que dicho sea de paso ya lleva casi 25 años de aparecer en la prensa, saben de mi aversión a la plañidera boliviana por el mar, eso me hace un poco especial, o raro. Sí, soy de los pocos bolivianos que no quiere mar, y eso no me hace amar a Bolivia menos.

Autoridades argentinas deciden comprar el gas a empresas petroleras que operan en Bolivia, pasando por encima de YPFB; los radares comprados en 2014 no operan, aunque se ha pagado 119 millones de euros; no hay diésel en Santa Cruz ni gasolina en Chapare, mientras se organiza el sindicato de revendedores de gasolina en Pando.

Autoridades argentinas deciden comprar el gas a empresas petroleras que operan en Bolivia, pasando por encima de YPFB; los radares comprados en 2014 no operan, aunque se ha pagado 119 millones de euros; no hay diésel en Santa Cruz ni gasolina en Chapare, mientras se organiza el sindicato de revendedores de gasolina en Pando.

Desde niña supe de la existencia del cielo, del purgatorio y del infierno, por mis mayores —especialmente de las mujeres de mi familia—, y los sacerdotes y las religiosas con quienes tempranamente me relacioné en mi condición de católica. El mensaje me quedó muy claro de comienzo: iría eternamente al cielo a gozar o al infierno a padecer después de morir, según cuán bien o mal me portara en este “valle de lágrimas” en el cual hemos sido desterrados “los hijos de Eva”, según reza la Salve Regina.

Desde niña supe de la existencia del cielo, del purgatorio y del infierno, por mis mayores —especialmente de las mujeres de mi familia—, y los sacerdotes y las religiosas con quienes tempranamente me relacioné en mi condición de católica. El mensaje me quedó muy claro de comienzo: iría eternamente al cielo a gozar o al infierno a padecer después de morir, según cuán bien o mal me portara en este “valle de lágrimas” en el cual hemos sido desterrados “los hijos de Eva”, según reza la Salve Regina.