La jornada 29 del Torneo Clausura puede ser decisiva hoy, siempre y cuando los resultados acompañen a Bolívar, que esta noche (20:30) visitará a Oriente Petrolero en el estadio Tahuichi Aguilera de Santa Cruz y, de manera simultánea, The Strongest sea anfitrión de San Antonio en el Hernando Siles.
A la Academia paceña (61 puntos) le sirven varios escenarios para coronarse campeón una fecha antes del final del Torneo Clausura, pero lo ideal es ganar sin importar lo que haga su escolta The Strongest (57).
Inclusive, la tarea puede resolverse en caso de que empate o pierda ante el Refinero, pero para ello deberá aguarda que el Tigre caiga ante el cuadro cochabambino.
Si Bolívar no suma hoy, pero The Strongest gana, la diferencia se reducirá a un punto, dejando abierta la definición del cetro al viernes, con el Celeste que recibirá a Guabirá en La Paz y el Aurinegro que visitará a Blooming en Santa Cruz, ambos desde las 19:00 por la fecha 30. De ser así, el Tigre puede tener grandes opciones de ser el ganador.
También existe una combinación de resultados que obligan a un partido extra: que Bolívar no sume más de dos unidades y el Tigre gane todo; también que la Academia pierda todo y el Gualdinegro no haga más de cuatro puntos. Sólo así se jugaría un desempate y la Gran Final del año, programada para este domingo en Cochabamba (17:00), sería retrasada para otra fecha.
El río Rocha que en el pasado inspiró canciones y bañaba el valle de Cochabamba; ahora, parece agonizar frente a todos. Ya no queda nada de su corriente caudalosa y sin olor; es más, en la época seca parece un arroyo de aguas negras, fétidas y estancadas.
El río es parte de la cuenca del mismo nombre y su cauce principal atraviesa la región metropolitana de Cochabamba, la más poblada del departamento, lo que lo hace más vulnerable a las acciones humanas e industriales.
Estas líneas son para tí, LIBERtario, con quien puse en escena una breve e intensa obra, de maravilloso tiempo presente perenne. Lo hago en recordación de tu partida el 11 de marzo de 2015, cuando al exhalar tu último suspiro confirmaste mi convicción en la trascendencia humana sobre los estrechos límites de este plano de existencia.
Estas líneas son para tí, LIBERtario, con quien puse en escena una breve e intensa obra, de maravilloso tiempo presente perenne. Lo hago en recordación de tu partida el 11 de marzo de 2015, cuando al exhalar tu último suspiro confirmaste mi convicción en la trascendencia humana sobre los estrechos límites de este plano de existencia.
La aprobación del presidente Arce va de mal en peor. Si en enero había llegado al 42%, en marzo ese porcentaje se redujo a 38%. El problema es que, en el corto plazo, Arce no tiene ningún as bajo la manga que le permita revertir esa tendencia. Por el contrario, si la situación económica no mejora, los números pueden ser incluso menores, lo que para un candidato a la reelección puede representar un obstáculo prácticamente insalvable.
La aprobación del presidente Arce va de mal en peor. Si en enero había llegado al 42%, en marzo ese porcentaje se redujo a 38%. El problema es que, en el corto plazo, Arce no tiene ningún as bajo la manga que le permita revertir esa tendencia. Por el contrario, si la situación económica no mejora, los números pueden ser incluso menores, lo que para un candidato a la reelección puede representar un obstáculo prácticamente insalvable.
Llueve. Llueve y llueve. Caen gotas enormes junto con granizos. Es marzo, no enero, que llueve poco, ni febrero loco. Algunos tenían la esperanza de que el cambio de mes traería las tibias mañanas del otoño paceño y la luminosidad de las tardes que suelen coincidir con la Semana Santa. La luna nueva que inicia el Ramadán tampoco modificó las nubes negras y el cielo encapotado.
Llueve. Llueve y llueve. Caen gotas enormes junto con granizos. Es marzo, no enero, que llueve poco, ni febrero loco. Algunos tenían la esperanza de que el cambio de mes traería las tibias mañanas del otoño paceño y la luminosidad de las tardes que suelen coincidir con la Semana Santa. La luna nueva que inicia el Ramadán tampoco modificó las nubes negras y el cielo encapotado.
RONNIE PIÉROLA GÓMEZ
El día que Leocadio Gavilán tropezó con la verdad, era ya demasiado tarde. Su casa, junto a sus muebles de mimbre y sus posesiones de veterano, flotaban río abajo. Para él, la vida no había sido a su gusto y manera, pero, aun así, jamás de los jamases, se había sentido como en aquella ocasión: el hombre más sólo del mundo.
El día que Leocadio Gavilán tropezó con la verdad, era ya demasiado tarde. Su casa, junto a sus muebles de mimbre y sus posesiones de veterano, flotaban río abajo. Para él, la vida no había sido a su gusto y manera, pero, aun así, jamás de los jamases, se había sentido como en aquella ocasión: el hombre más sólo del mundo.