Casa Toscana Art Gallery presenta “Correspondencia internacional”, una exhibición que explora la intersección entre la relación filial y la colaboración creativa a través del intercambio artístico entre padre e hijo, Claudio y Julián Fourcade. La muestra propone un fascinante diálogo entre dos estilos diametralmente opuestos: la abstracción geométrica de Claudio y el detallado dibujo figurativo de Julián.
La exhibición surge del intercambio constante de obras entre Buenos Aires y Cochabamba. Claudio Fourcade, arquitecto de profesión y pintor por vocación, presenta una serie de pinturas abstractas que reflejan la tradición rioplatense del arte geométrico. Sus obras, caracterizadas por variaciones modulares de forma y color, muestran su formación arquitectónica y su inclinación por la pintura plana y estructurada.
Por otro lado, Julián Fourcade ofrece un contraste con sus dibujos en blanco y negro, elaborados con una lapicera de tinta negra. Sus ilustraciones, que incluyen objetos cotidianos y aviones derribados de la Segunda Guerra Mundial, revelan la influencia de sus lecturas de historietas, desde Crumb hasta Moebius.
La curaduría destaca cómo las relaciones padre-hijo se transforman en un proceso creativo, atestiguado en la correspondencia mantenida a lo largo del tiempo. El texto curatorial subraya: “Si las relaciones padre-hijo se desenvuelven sobre un territorio que abraza la relación filial, el intercambio entre estos dos artistas sugiere una novedosa forma de vinculación”.
Este proceso se manifiesta en la sala de exhibición como un viaje de la abstracción a la figuración y viceversa. Los visitantes podrán apreciar cómo las obras individuales dialogan entre sí, creando una síntesis armoniosa que va más allá de la mera exhibición de piezas independientes.
La idea de esta exposición conjunta surgió como un homenaje y un cierre de círculo para él y su padre. “Mi padre, de profesión arquitecto, siempre fue un artista ‘amateur’. Nunca dejó de pintar, dibujar, diseñar muebles, etc., pero nunca exhibió su trabajo. Podemos decir que esta muestra es el cierre de un círculo: él me llevaba a talleres de niño, ahora yo lo impulsé, como hijo, a hacer esta expo”, explica Julián.
La muestra, con un enfoque contemporáneo, busca utilizar el espacio integralmente, evitando la disposición tradicional de obras desvinculadas entre sí. “No queremos transmitir ningún mensaje unívoco, más bien, apuntamos a que los espectadores construyan su propia interpretación. Nos interesa el proceso, no un resultado”.
Trabajar en conjunto ha sido una experiencia enriquecedora tanto para Julián como para su padre. La distancia física entre Buenos Aires y Cochabamba no ha sido un obstáculo gracias a la tecnología: “Del intercambio entre Buenos Aires y Cocha, mediante WhatsApp, fuimos contándonos y mostrándonos lo que íbamos produciendo. Referencias, materiales, enfoques, fue enriqueciendo el trabajo de cada uno”.
Esta colaboración ha permitido un cruce interesante entre la abstracción de su padre y el dibujo figurativo de Julián. “En la muestra hay dos obras que relatan esta situación: mi padre realizó un trabajo tridimensional que interpreta mis dibujos, y yo realicé una pintura que interpreta su abstracción. Están en el centro de la sala, como una especie de trama de un relato”.
Julián subraya la importancia de esta experiencia: “Es fundamental en la práctica artística, salirse del individualismo y aventurarse a trabajar codo a codo con otros artistas. No digo ya hacer muestras grupales, sino producir desde el vamos, obras con esta dinámica”.
La muestra estará disponible hasta el 28 de junio, de lunes a viernes de 16:30 a 20:30, y los fines de semana con cita previa. Además, los interesados pueden disfrutar de una visita virtual a través de la plataforma 3D disponible en la página web de Casa Toscana: https://bit.ly/3VbcWow.