El departamento de Santa Cruz es el motor económico de Bolivia. Su fortaleza está reflejada en el crecimiento promedio del Producto Interno Bruto (PIB) real de 4,6% en el período 2021-2023 y en el PIB nominal histórico de 14.314 millones de dólares en 2023.
Estos resultados se tradujeron en un aumento de su PIB per cápita que superó el promedio nacional, impulsando el bienestar de su población; una recaudación tributaria récord, el incremento en los depósitos bancarios y un crecimiento sostenido de su base empresarial.
El PIB nominal departamental en 2023 es cinco veces mayor respecto a los $us 2.828 millones registrados en 2005. Este aumento resalta la recuperación y expansión económica, destaca un reporte del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas.
Asimismo, en 2023 su PIB per cápita se situó en $us 4.105, por encima del promedio nacional de ese mismo período ($us 3.736), lo que representa un incremento del 18,5% desde 2020, evidenciando el crecimiento acelerado en los ingresos por persona.
Santa Cruz conmemorará el 24 de septiembre 214 años de su grito libertario de 1810.
El promedio del valor de las exportaciones cruceñas, por otra parte, alcanzó los $us 3.632 millones entre 2021 y 2023, un aumento del 70,4% respecto al promedio del período 2006-2019 ($us 2.131 millones).
El volumen exportado en 2023 creció a más de 6,9 millones de toneladas y los principales productos de exportación de este departamento fueron los derivados de la soya ($us 1.501 millones), el gas natural ($us 786 millones) y las semillas y habas de soya ($us 220).
En términos de consumo, entre 2020 y 2023, las ventas en restaurantes en Santa Cruz aumentaron un 71%, pasando de Bs 1.136 millones a Bs 1.941 millones. Este incremento se debe a la recuperación del sector de servicios y el aumento del gasto en actividades recreativas tras las restricciones de la pandemia. Las ventas en supermercados en ese mismo período crecieron un 11%, alcanzando Bs 3.517 millones, un reflejo del aumento del consumo.
El departamento de Santa Cruz se destaca también por su dinamismo empresarial. Entre 2021 y julio de 2024 se crearon 14.100 nuevas empresas, cantidad que representa casi un tercio del total de nuevas empresas registradas en Bolivia en el mismo período.
Asimismo, en 2023, en esta región se recaudaron tributos por un total de Bs 19.048 millones, la cifra más alta del período 2016-2023.
Por otra parte, la proyección de inversión pública para 2024 asciende a Bs 3.556 millones, que no solo busca mejorar la calidad de vida de sus habitantes, sino consolidar a Santa Cruz como un centro estratégico para la inversión y el desarrollo en Bolivia.
Una parte significativa (57%) está destinada a proyectos productivos para impulsar el desarrollo industrial de este departamento y generar empleo.
Entre los principales proyectos de inversión pública se encuentran: la Planta Siderúrgica del Mutún (Puerto Suárez), el Parque Eólico Warnes II, la Planta de Transformación de Subproductos de Soya (San Julián), la planta de Procesamiento de Hortalizas (Comarapa), la Planta de Bioinsumos, (Pampagrande) y la construcción del Túnel Incahuasi y del Hospital Valle Grande, entre otros.
La alegría de la primavera que llega a Cochabamba se encuentra este año ensuciada por una cruda realidad: la basura que se acumula en las calles debido al conflicto con los vecinos de K’ara K’ara y la persistente humareda causada por los incendios forestales en el oriente boliviano.
Era un momento inefable, en los 1970 en casi todo el mundo, la sincronicidad de un movimiento global para salvar el medio ambiente en peligro y, al mismo momento, otro por los derechos de las mujeres.
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Cuando anuncié mi embarazo aquel verano caribeño, todas las mujeres de la familia se movilizaron. Una nueva guagua era siempre una alegría para la casa, a pesar de los muchos hijos y sobrinos. Hermanas y cuñadas ofrecieron los vestidos usados escasos nueve meses que rotarían durante años por toda la parentela. Seguramente, al bebé no le faltaría nada con tantos antepasados.
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La reciente marcha convocada para “salvar a Bolivia” ha dejado en el aire una pregunta que resuena en la mente de muchos bolivianos: ¿Salvarla de quién? ¿De aquellos que, con su mala gestión, sembraron el malestar económico actual? ¿O de quienes, necesitados de poder a toda costa, ahora buscan excusas para ocultar sus errores? El país se cuestiona: qué hizo Morales con las Reservas Internacionales Netas (RIN), 11.500 millones de dólares que desaparecieron en los últimos cinco años de su gestión.
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En el marco de nuestras efemérides departamentales, es crucial reflexionar sobre la Santa Cruz que hemos construido y la que queremos seguir edificando. Esta tierra ha demostrado ser un motor económico del país, un epicentro de emprendimiento y desarrollo que ha atraído inversiones y oportunidades para todos. Sin embargo, este avance no puede deslumbrarnos al punto de ignorar las áreas donde aún estamos en deuda como sociedad.
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