Fernando Camacho Parada, hijo del gobernador cruceño Luis Fernando Camacho Vaca, denunció este lunes que su familia es víctima de presiones y seguimiento, por lo que responsabilizó al Gobierno por si algo llegara a pasarles.
La denuncia surge en momentos en que se discute la suplencia temporal en la Gobernación de Santa Cruz, para que el vicegobernador Mario Aguilera reemplace a Camacho, quien cumple una detención preventiva por el caso "golpe de Estado I" desde fines de diciembre de 2022.
"Queremos denunciar que estamos siendo víctimas de presiones y se seguimientos y responsabilizamos al Gobierno y sus fuerzas de seguridad de esta situación irregular e ilegal", afirmó el hijo de Camacho a través de un video difundido por redes sociales.
Camacho hijo resaltó que todos los hijos y familiares del Gobernador de Santa Cruz no cumplen ninguna función pública, pues se dedican a sus actividades privadas estamos y a terminar sus estudios.
"Creemos que estos seguimientos y presiones tienen como objetivo quebrar la moral y la resistencia de nuestro padre que hoy está secuestrada por el Gobierno. La idea de doblegar a mi padre en su lucha presionando a sus hijos y su familia no sólo es una actitud vengativa, sino inútil, porque no conseguirán nada", añadió.
En ese sentido, indicó que hacen pública esta situación "por sí algo llegara a pasarnos" para que la opinión pública y los cruceños conozcan la forma en que actúa el Gobierno y sepa quiénes son los responsables.
Los hechos del 26 de junio continúan dejando dudas, debates, especulaciones, hipótesis, relatos fantásticos y un sinfín de elucubraciones que han causado controversia no sólo a nivel interno, sino también en la comunidad internacional: desde Estados Unidos, que “toma nota de las declaraciones de Evo Morales (que pone en duda que haya sido un golpe de Estado), hasta Argentina, que ha provocado que se convoque a consultas a su Embajador.
Bolivia no puede estar en un peor momento. A la inestabilidad económica y social debe sumarse, ahora, después de más de 40 años, una alarmante fragilidad democrática. Que un general despechado resuelva tomar la plaza Murillo para expresar su malestar personal, ante lo que considera una lealtad no correspondida del presidente, tiene más de tragedia que de comedia, aunque no carezca de lo último.
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El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha dado a conocer los resultados del comercio exterior boliviano al primer cuatrimestre del 2024, con cifras poco auspiciosas, por cierto. Sin considerar las reexportaciones ni efectos personales -que no generan divisas- entre enero y abril, comparativamente a igual lapso del 2023, el país registró un déficit comercial por 531 millones de dólares, las exportaciones cayeron 977 millones y las importaciones, 512 millones de dólares.
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Actualmente en el rumor público se discute la enfermedad del estatismo en nuestra sociedad. Por ello considero importante indagar sobre este término y comprender conceptualmente nuestra compleja realidad. Es irracional atacar al Estado sólo porque está de moda y también atribuir al Estado todos los males sociales. Esto me mueve a reflexionar sobre una paradoja: ¿Cómo es posible anular el estatismo en nuestro país, si tenemos un Estado débil?
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La vergüenza ajena es una expresión que no está presente en todos los idiomas. Se trata de un fenómeno poco estudiado aunque cada vez más se progresa en el estudio de este tema. No está muy claro aún por qué sentimos vergüenza ajena, el por qué nos afecta lo que hacen o dicen otros.
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