El Carnaval de Oruro generó un movimiento económico de alrededor de 280 millones de bolivianos, lo que representa 20 millones de bolivianos menos que en 2023, como consecuencia de los bloqueos de carreteras de grupos afines a Evo Morales, informó este viernes la ministra de Culturas, Sabina Orellana.
"Pese a los 16 días de bloqueo (evista), el carnaval de Oruro ha generado un movimiento económico de alrededor de Bs 280 millones, no se cumplieron las metas previstas, pero ganó el desarrollo de las actividades culturales", explicó en conferencia de prensa.
En 2023, el Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad, movió Bs 235 millones y alrededor de 300.000 turistas.
El Ministerio de Culturas invirtió cerca de 2 millones de bolivianos en la promoción del Carnaval de Oruro, el Anata Andino y el Festival de Bandas.
Debido a los bloqueos de carreteras de afines a Morales, particularmente en el departamento de Cochabamba, el 25% de las reservas en hoteles fueron cancelados, además, se reportaron pérdidas en transporte, gastronomía, músicos, bordadores, entre otros sectores.
Según datos oficiales, el sector del turismo reportó una pérdida de al menos 150,8 millones de bolivianos.
Mientras los bloqueos generaron pérdidas al país cercanas a los 1.000 millones de dólares.
En el Carnaval de Oruro participaron 200 bandas de música, 20.000 músicos, 52 conjuntos folklóricos y 50.000 bailarines.
No obstante, las actividades carnavaleras continúan. Este sábado se desarrollará el Corso de corsos en Cochabamba y la próxima semana la Entrada de la zona sur, también en esa ciudad, por lo que Orellana lamentó el bloqueo en Yapacaní, carretera Santa Cruz-Cochabamba, reclamando la aprobación de un crédito de 56 millones de dólares para una obra caminera.
"Convocamos a que depongan las actitudes, primero deben negociar y dialogar, hay procedimientos antes de tomar esta medida que perjudica la economía del país, perjudica las actividades culturales que debemos promocionar a nivel nacional e internacional, solo damos una mala imagen del país", cuestionó.
Pidió que se comprenda que las manifestaciones culturales, en este caso de los Carnavales, contribuyen a la promoción y protección de nuestras danzas y aportan a las industrias culturas y creativas de los pueblos a través de la música, vestimenta, gastronomía.
Los conflictos por los combustibles y los bloqueos de caminos han dejado opacada una noticia que de repente merecía mayor atención en la población, y es que Cochabamba cuenta aún con 89 mil vacunas contra la influenza, muchas de las cuales caducarán estos días. No se especificó cuándo ni la cantidad de dosis que dejarán de servir.
Un avión aterrizó en una playa al borde del río espantando ruidosas bandadas de pájaros; las petas y lagartos de la orilla se sumergieron rápidamente en las aguas. Descendieron militares armados y un grupo de atemorizados civiles maniatados: poco a poco sus ojos reconocieron el verdor de la selva, los recibió su abrazo quieto, ardiente y húmedo; y un coro de ruidosas nubes de mosquitos les zumbaron: bienvenidos al Madidi.
Un avión aterrizó en una playa al borde del río espantando ruidosas bandadas de pájaros; las petas y lagartos de la orilla se sumergieron rápidamente en las aguas. Descendieron militares armados y un grupo de atemorizados civiles maniatados: poco a poco sus ojos reconocieron el verdor de la selva, los recibió su abrazo quieto, ardiente y húmedo; y un coro de ruidosas nubes de mosquitos les zumbaron: bienvenidos al Madidi.
LUPE CAJÍAS
La súbita muerte de Clara López Beltrán (La Paz 1951-2024) dejó un profundo vacío en la historiografía boliviana porque fue una de las académicas mejor formadas y con un amplísimo aporte para conocer y comprender mejor a Bolivia. Fue de los pocos historiadores bolivianos con cátedras en universidades estadounidenses, europeas y latinoamericanas. Fue la única paceña que ganó por sus méritos un puesto en la Universidad de Turín. Ahí enseñó junto a grandes eminencias del conocimiento humanístico.
La súbita muerte de Clara López Beltrán (La Paz 1951-2024) dejó un profundo vacío en la historiografía boliviana porque fue una de las académicas mejor formadas y con un amplísimo aporte para conocer y comprender mejor a Bolivia. Fue de los pocos historiadores bolivianos con cátedras en universidades estadounidenses, europeas y latinoamericanas. Fue la única paceña que ganó por sus méritos un puesto en la Universidad de Turín. Ahí enseñó junto a grandes eminencias del conocimiento humanístico.
GABRIELA CANEDO VÁSQUEZ
A Santiago de Chiquitos, la antesala del cielo, llegó el fuego. Las cifras señalan que ya medio millón de hectáreas fueron arrasadas en distintos puntos del país, pero principalmente en tres municipios de Santa Cruz. Uno de ellos es Roboré, donde el fuego avanzó lamentablemente hacia la reserva del Valle de Tucabaca. La pesadumbre me invade particularmente esta vez, porque hace diez días pude recién conocer un pedacito del sudeste de la Chiquitania que en estos días arde.
A Santiago de Chiquitos, la antesala del cielo, llegó el fuego. Las cifras señalan que ya medio millón de hectáreas fueron arrasadas en distintos puntos del país, pero principalmente en tres municipios de Santa Cruz. Uno de ellos es Roboré, donde el fuego avanzó lamentablemente hacia la reserva del Valle de Tucabaca. La pesadumbre me invade particularmente esta vez, porque hace diez días pude recién conocer un pedacito del sudeste de la Chiquitania que en estos días arde.
El 26 de junio no fue fraude, fue golpe, o al menos una sublevación. A diferencia de lo que ocurrió el 10 de noviembre del 2019 cuando ni un solo soldado pisó la plaza Murillo. En ese entonces Evo Morales, según su propia versión en su libro Volveremos y seremos millones, había decidido renunciar el día anterior antes de que la COB, puntal de ese gobierno, le inste renunciar y antes que el general Kaliman Romero, el comandante en jefe de las FFAA, le sugiriera lo mismo.
El 26 de junio no fue fraude, fue golpe, o al menos una sublevación. A diferencia de lo que ocurrió el 10 de noviembre del 2019 cuando ni un solo soldado pisó la plaza Murillo. En ese entonces Evo Morales, según su propia versión en su libro Volveremos y seremos millones, había decidido renunciar el día anterior antes de que la COB, puntal de ese gobierno, le inste renunciar y antes que el general Kaliman Romero, el comandante en jefe de las FFAA, le sugiriera lo mismo.