El jugador argentino Emiliano ‘Dibu’ Martínez recibió una dura sanción con la suspensión de dos fechas, por lo que no jugará ante la selección de Bolivia, en el partido de las Eliminatorias previsto para el 15 de octubre.
La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) hizo oficial la determinación de FIFA contra Martínez, quien deberá cumplir la sanción durante los próximos dos partidos oficiales de su selección, es decir los encuentros ante Venezuela y Bolivia.
“El futbolista, Sr. Damián Emiliano Martínez, es declarado responsable de su comportamiento ofensivo y su violación de los principios del juego limpio (art. 13 CDF) en relación con los partidos Argentina vs. Chile jugados el 5 de septiembre de 2024 y Argentina vs. Colombia. disputado el 10 de septiembre de 2024”, señala eñ comunicado de la AFA.
Parte de la sanción es debido a que el arquero golpeó una cámara tras el encuentro con Colombia, en el que los cafeteros ganaron por 2-1 a la Albiceleste en Barranquilla por la octava fecha del clasificatorio para el Mundial de 2026.
El golpe quedó registrado en vivo en la señal internacional del partido.
Ante la situación, la Asociación Colombiana de Periodistas Deportivos (ACORD) elevó una queja contra el arquero de Argentina por atentar “contra la libertad de expresión” al agredir a un camarógrafo al término de un partido de las eliminatorias sudamericanas.
La ACORD señaló que el “manotazo” del ‘Dibu’ hizo que cayeran al “césped los elementos” del camarógrafo, un hecho que calificaron como un “atentado contra la libertad de expresión”.
En tanto, lo que ocurrió en Chile fue que el arquero repitió la acción que hizo al recibir el premio en Qatar en 2022, cuando apoyó el trofeo en la pelvis.
Finalmente, la AFA se manifestó “absolutamente en desacuerdo con la decisión tomada por la comisión disciplinaria de la FIFA”.
El reciente caso de violación sufrido por una niña de 10 años, a manos de su hermano de 15, sumado a otros en los que es patente la soledad de las involucradas propicia una reflexión acerca de las circunstancias intrafamiliares que suscitan esos dramas.
GARY A. RODRÍGUEZ
El 7 de diciembre pasado me hicieron feliz al distinguirme como “Economista del Año - Gestión 2024”. ¡Un bálsamo en medio del desierto! En los cinco minutos que me dieron, pude reflexionar sobre varias cosas. He aquí lo dicho:
“Me siento muy honrado y emocionado por la distinción que hoy recibo como Economista del Año. No sé si la merezco, siendo que hay muchos colegas con sobrados méritos para recibir tal reconocimiento, en lugar mío”.
El 7 de diciembre pasado me hicieron feliz al distinguirme como “Economista del Año - Gestión 2024”. ¡Un bálsamo en medio del desierto! En los cinco minutos que me dieron, pude reflexionar sobre varias cosas. He aquí lo dicho:
“Me siento muy honrado y emocionado por la distinción que hoy recibo como Economista del Año. No sé si la merezco, siendo que hay muchos colegas con sobrados méritos para recibir tal reconocimiento, en lugar mío”.
Como me ocurre casi siempre, leí con interés la columna del periodista Juan José Toro. Pero, en esta ocasión, quiero hacer notar una seria discrepancia sobre lo leído en el artículo que publicó Los Tiempos, el pasado jueves 5 de este mes.
Como me ocurre casi siempre, leí con interés la columna del periodista Juan José Toro. Pero, en esta ocasión, quiero hacer notar una seria discrepancia sobre lo leído en el artículo que publicó Los Tiempos, el pasado jueves 5 de este mes.
EDWIN CACHO HERRERA SALINAS
En las últimas semanas, en el marco de la crisis multidimensional, una angustia se ha puesto por encima de otras preocupaciones ciudadanas: el hambre, fruto de la escasez y la elevación de precios del aceite, arroz y otros artículos de consumo diario. El Gobierno ha tenido que recurrir a la confiscación —y todo lo que implica— para evitar que la falta de comida en las mesas de las familias sea el caldo de cultivo para la movilización social.
En las últimas semanas, en el marco de la crisis multidimensional, una angustia se ha puesto por encima de otras preocupaciones ciudadanas: el hambre, fruto de la escasez y la elevación de precios del aceite, arroz y otros artículos de consumo diario. El Gobierno ha tenido que recurrir a la confiscación —y todo lo que implica— para evitar que la falta de comida en las mesas de las familias sea el caldo de cultivo para la movilización social.
JUAN JOSÉ TORO MONTOYA
El director del Servicio Departamental de Deportes (Sedede) de Potosí, Edgar Gonzales, hizo aprehender al periodista Juan Orellana acusándolo de extorsión. Si él estaba en capacidad de probar esa acusación, podía haberlo hecho ante cualquier tribunal, pero eligió la justicia ordinaria y ese es el principal error en este caso.
El director del Servicio Departamental de Deportes (Sedede) de Potosí, Edgar Gonzales, hizo aprehender al periodista Juan Orellana acusándolo de extorsión. Si él estaba en capacidad de probar esa acusación, podía haberlo hecho ante cualquier tribunal, pero eligió la justicia ordinaria y ese es el principal error en este caso.