Botafogo hace historia en el estadio Monumental de Buenos Aires al levantar la primera Copa Libertadores de su historia, tras ganar por 1-3 a Atlético Mineiro. Gregore fue expulsado en la primera jugada del partido por una entrada inexplicable, pero Luiz Henrique se echó al equipo a la espalda para marcar el primer tanto del partido y provocar el penalti del segundo.
La primera parte comenzó de la forma más inesperada posible. A Gregore se le fue la pinza y dejó al Botafogo con diez a los 30 segundos de partido tras clavarle los tacos en la cabeza a Fausto Vera. Esta situación provocó que Atlético Mineiro se hiciese dueño y señor del esférico, a pesar de la falta de ideas en la zona de ataque.
Poco a poco Botafogo fue dando un paso al frente, dosificando sus esfuerzos para llegar frescos al final del choque. En ese momento emergió la figura de Luiz Enrique, que hizo olvidar la expulsión de su compañero. Tras una jugada con varios rebotes en el área de Atlético Mineiro, el internacional brasileño recogió el balón para poner el primero en el marcador contra todo pronóstico.
Por si fuera poco, una indecisión en defensa acabó con Everson cometiendo penalti sobre Luiz Henrique, que para ese momento ya era un héroe para los suyos. Telles fue el encargado de lanzar la pena máxima y aumentar la renta para el Botafogo.
La segunda mitad comenzó mejor para Atlético Mineiro. Los pupilos de Gabi Milito salieron con muchas más ganas tras el paso por vestuarios, lo que afectó directamente al marcador. En la primera jugada después de la reanudación, Hulk le puso en la cabeza un regalo a Vargas, que acortó distancias para hacer creer a los suyos en la remontada. Botafogo resistió contra viento y marea, y Júnior Santos puso la puntilla en el descuento para levantar la primera Copa Libertadores de su historia