Los síntomas se sintieron hace poco más de un mes: comenzaban a escasear los dólares. Pero en lugar de buscar soluciones o dar explicaciones transparentes, lo que hizo el Gobierno fue amenazar a todos quienes “alarmaran” a la población sobre este hecho (una amenaza a los “opinadores” y de una forma indirecta también a los medios de comunicación).
Pero era tapar el sol con un dedo. Más temprano que tarde, estalló la crisis de la divisa, y las largas filas empezaron a crecer en puertas del Banco Central de Bolivia (BCB) y del Banco Unión. Como las colas siempre son señal de una demanda no satisfecha, el BCB optó por extender fichas para que los interesados en la moneda estadounidense vuelvan dentro de dos meses, mientras que el Viceministerio de Defensa de los Derechos del Consumidor persigue a todos los librecambistas que la ofrecen más caro que el precio oficial. Hasta donde sabemos, siete de estos fueron condenados la semana pasada a dos años de prisión por agio y especulación. El Gobierno no entiende de oferta y demanda y no admitirá que el principal culpable de la escasez de dólares es el BCB, que no respetó las reglas del mercado.
El presidente Arce insiste machaconamente que se trata de una demanda “transitoria”, que ya va a pasar y que pierden dinero quienes ahora buscan dólares a un precio más elevado, pero economistas de reconocida trayectoria, como Gonzalo Chávez, Gabriel Espinoza o Jaime Dunn, dan una lapidaria sentencia: esta crisis no va a pasar en lo inmediato porque el Gobierno no tiene políticas de aplicación inmediata. Al contrario, sigue en su etapa de negación de la crisis. Y la crisis será la nueva normalidad, con exportaciones en declive, hidrocarburos agotados, bajos ingresos fiscales y la gente persiguiendo dólares.
De hecho, según reportan medios de comunicación, ya existen páginas de internet que ofertan “verdes” (a precios muy por encima del oficial, obviamente), con lo que prácticamente se abre la puerta al dólar paralelo.
Y si el Gobierno se ha defendido con el eslogan de que tenemos la inflación más baja de toda la región, las malas noticias aumentan: los mismos economistas alertan que la inflación comenzará a intensificarse a partir de mayo y junio próximos, justamente a falta de los dólares que los empresarios necesitan para importar productos, entre otras causas.
Quisiéramos tener fe en este Gobierno y esperar que efectivamente todo esto sea transitorio, pero no hay señales de que así sea. Simplemente, la suerte parece estar echada, el modelo económico llega a su fin y ya es casi una certeza que la burbuja económica estallará en cualquier momento. La pregunta ya sólo parece ser cuándo. ¿Acaso será antes de 2025?