Bueno, quien dice que pasa algo, es lo más normal y se siguen las cosas como tiene que ser.
Cuatrocientos setenta y ocho kilos de cocaína enviado impunemente de Santa Cruz a Madrid en un vuelo de Boliviana de Aviación (BoA). Nadie sabe cómo pudo pasar, bueno no tanto, se sabe que algunos empleados, de hecho, hay detenidos, pudieron cambiar el cargamento inocente de ropas por el más lucrativo cargo de la blanca. El expresidente plantea una denuncia clara: “Son los ministros”.
La Fiscalía no dice nada, el Ministerio de Gobierno presenta a la prensa a los arrestados, violando, de esta manera, los derechos humanos de los acusados. Pero eso no importa, al final todos ya sabemos que con el presentarlos públicamente logramos ganar un punto, así sea con trampa, y bueno los derechos humanos son una cosa de los yanquis.
Arrestos, asesinatos, crímenes sin ser resueltos. Recuerden las garrafas que, en febrero de 2018, explotaron en Oruro matando y dejando con quemaduras a gente, y que no se hizo nada para clarificar las causas de la explosión, se dijo que era un ajuste de cuentas, quizá un novio o un marido etc., especulaciones que no llevan a nada más que a justificar que en nuestro país ¡no pasa nada!
Estos hechos son nada más que una muestra increíblemente pequeña de una realidad que golpea al país como si fuera un sunami. Quizá ya nos hayamos acostumbrado a ver, oír y pasar, en vez de mirar, escuchar y no dejar pasar. La nación no se construye con mirar el ombligo solamente, como si fuera lo más significativo de la historia, es necesario mirar cómo nuestra pobre tierra se deshace en trocitos pequeñitos porque nadie levanta la voz. La reforma constitucional propuesta por un grupo de abogados, lo logró, a pesar de todos los obstáculos puestos en el camino de la recolección de firmas para reformar una justicia que ya peca de ser parte del Ejecutivo sin ninguna vergüenza.
Los ministros de Estado solo llaman por teléfono a jueces y claro “hermano por favor ‘pará’ ese juicio”; “el imperio está metiéndose con el país porque tenemos litio, porque tenemos gas, porque tenemos oro, porque tenemos el mejor gobierno popular que hace ventura de sus logros sociales”. Y claro, nada pasa, todo es igual, todo está muy bien. ¿Crisis? ¿De qué hablan? Aquí está todo genialmente bien.
Fassil, no ve que, se descubre trampa en el banco, y el interventor, de pronto, se deprime, de pronto, se angustia, de pronto, se pone tan inconteniblemente deprimido que salta desde una ventana al vacío.
Su muerte fue, parece, el resultado de una profunda depresión. Una nota que, todavía no está claro, si es auténtica o no. Pero ya está clarificado todo, muy de “fassil”, así, solo así, pasa todo.
No hay tema que no demuestre que realmente los que tienen problema son los televidentes, los lectores, los oyentes de las radios, todos se equivocan.
La justicia está perfectamente bien, claro, con algunos problemitas, normal en un país moderno, con una producción aurífera que es buena, contamina, claro que contamina, pero nos está sacando de la pobreza, poblaciones completas con envenenamiento de mercurio, pero es lo que tiene que pasar. Para hacer tortilla se deben romper los huevos, y claro el medioambiente es eso un huevo que deberá acostumbrarse a morirse sin chistar.
Los que se oponen al desarrollo son eso ecologistas pagados por las ONG, y se descafeinaron, ¡nove que! No quieren darse cuenta de que el desarrollo empezó con la extracción y el aniquilamiento de millones de ecosistemas, peor, igual da todos estamos muy bien.
Gasolina, gas, arroz, harina, azúcar etc., todo a Perú haciendo ricos a los que no tienen ningún reparo en vender nuestros productos para ganar platita, que es lo que ahora mueve al mundo. El que no entiende, o no quiere entender, o no tiene un smart phone o se ha hecho un hippy moderno.