El Gobierno, elegido supuestamente por 55% de los votos, no quiere tomar las decisiones que le corresponden como Poder Ejecutivo y ha decidido hacer un referéndum sobre temas dudosos.
Esto equivale a una renuncia al cargo de presidente por parte de Luis Arce, o por lo menos a una admisión de su incapacidad para gobernar, ha dicho quien lo puso en el cargo.
Una de las preguntas que propone ya fue respondida por la ciudadanía el 21 de febrero de 2016, cuando descartó la reelección del presidente. Volver a preguntar lo mismo es absurdo.
Decir que “esta vez sí” el MAS va a respetar el resultado del referéndum y no lo va a ignorar como hizo en 2016, es incorporar una duda adicional, o es una ofensa.
Si has liberado la importación de diésel, como parece surgir en medio de las indecisiones, ¿para qué preguntar sobre la subvención a los combustibles?
Con la liberación, el precio será el que fije el mercado internacional que, en este momento, para la gasolina, sería de Bs 390 si llega por ducto y Bs 4,40 si es por cisterna.
La ciudadanía querría que se le consultase sobre temas realmente importantes, como, por ejemplo, si es necesario mantener una burocracia tan numerosa y tan costosa, pero sobre todo tan improductiva.
Otra pregunta que proponen los ciudadanos en las redes sería sobre la conveniencia de que el país siga siendo socio político de Rusia, China e Irán, en lugar de optar por la comunidad occidental y cristiana.
Un detalle muy importante es el costo del referéndum, que vendrá a agravar la situación del déficit fiscal, ahora en 12% del PIB debido a la inmensa burocracia.
Lo que llevaría a preguntar si vale la pena que el Gobierno vaya adelante con su plan de crear 120 empresas estatales adicionales, ahora que YPFB, igual que la mayoría de las empresas estatales existentes, está en quiebra.
Otra pregunta, realmente importante, sería sobre la necesidad de ir adelante con la elección de jueces, teniendo en cuenta que, en la anterior elección, los votos nulos y blancos sumaron 80%.
Esos votos blancos y nulos fueron el más claro rechazo al sistema de elegir jueces masistas con el voto ciudadano, pero el partido de gobierno quiere ahora repetir el plato.
Y hay una pregunta política que quedaría pendiente, referida a la exigencia de la corriente evista de que sean adelantadas las elecciones.
Pero no, el Gobierno propone hacer un gasto enorme en un referéndum sobre temas que debería definir en reunión de gabinete.
Un gabinete boliviano con 23 ministros, cuando en Argentina, un país con cuatro veces más habitantes que Bolivia, tiene ocho ministerios.
Quizá Bolivia necesita un referéndum sobre el modelo económico y el predominio del narcotráfico en la economía y la política.
Como dijo Mark Twain, si votar sirviera de algo, no nos permitirían hacerlo.
El autor es periodista