El amor ha sido, a lo largo de los siglos, el tema central de infinidad de historias y relatos, con mayor o menor anclaje en la realidad, pero todos ellos fascinantes. Han quedado reflejados en el arte, la literatura y otras expresiones de la cultura y el arte universales, que conmueven a una generación tras otra.
El amor, ese intenso y a la vez misterioso sentimiento humano de unión con otro ser, ha quedado plasmado en mitos y leyendas antiguos; obras literarias; danzas; expresiones musicales, pictóricas y escultóricas de distintas épocas, textos filosóficos, obras cinematográficas y teatrales, ¡y también en la arquitectura!
Es que algunas de estas singulares historias románticas han quedado “escritas en piedra” para siempre, al estar asociadas a destacadas obras o edificios de gran importancia histórica y artística, situados en distintos rincones del mundo.
El equipo de especialistas en visitas guiadas y excursiones en español por todo el mundo de la plataforma Civitatis describe algunas de estas “historias de amor monumentales”, que no sólo pueden visitarse, sino además tocarse y fotografiarse.
Balcón de Julieta
La tragedia “Romeo y Julieta”, del dramaturgo inglés William Shakespeare, es uno de los amores prohibidos más míticos de la literatura. Cuenta las peripecias amorosas de los dos jóvenes que dan título a la obra, que transcurre en la bella Verona (Italia), envuelta en las rivalidades entre las familias Montesco y Capuleto.
Una famosa escena de esta historia, cuyo desenlace es el suicidio, tiene lugar en un balcón.
Actualmente, una de las mayores atracciones turísticas de Verona, es la Casa de Julieta, un antiguo palacio señorial, en cuya fachada está situado un balcón en el que, según la tradición popular, se inspiró la obra de Shakespeare.
Taj Mahal
Considerado como una de las nuevas siete maravillas del Mundo Moderno y declarado Patrimonio de la Humanidad, el Taj Mahal, un monumento funerario construido en el siglo XVII en la ciudad de Agra (India), es considerado como una ofrenda de amor del emperador mogol Shah Jahan a su esposa favorita, Mumtaz Mahal, de donde proviene el nombre a este majestuosos edificio.
El Taj Mahal es un monumental símbolo del amor, ya que Shah Jahan ordenó construir esta obra arquitectónica, en la que trabajaron unos 20.000 obreros, en honor de la emperatriz, tras sufrir una profunda depresión cuando ella falleció durante el parto del decimocuarto hijo del emperador musulmán.
Palacio de Mirabell
Ubicado junto al río Salzach y rodeado de preciosos jardines, el palacio de Mirabell es uno de los monumentos más importantes de Salzburgo, en Austria.
Fue construido en 1606 por orden del príncipe-arzobispo Wolf Dietrich para servir como residencia de Salomé Alt, una de las muchachas más bellas de la ciudad, con quien tuvo 15 hijos.
La Sala de Mármol del palacio, antiguo salón de baile del príncipe-arzobispo, se considera actualmente como “uno de los salones de boda más hermosos del mundo” y allí tocaron el padre Leopoldo Mozart y sus hijos Wolfgang y Nannerl. Sus jardines fueron uno de los escenarios de la película musical “The Sound of Music” (Sonrisas y lágrimas o La novicia rebelde).
Templo de Nefertari
Además de ser uno de los lugares más bonitos para observar el amanecer en Egipto, el templo de Nefertari, situado en el complejo de Abu Simbel, al sur de Asuán, es el fruto de una de las historias de amor más legendarias de los antiguos tiempos faraónicos, según los especialistas de Civitatis.
Esta enorme construcción excavada en la roca y dedicada a Nefertari divinizada bajo la apariencia de la diosa Hathor, está ubicada junto al templo de su esposo, el faraón Ramsés II.
Es un majestuoso homenaje a esta reina que tuvo el título de Señora de las Dos Tierras, asumiendo la regencia cuando su marido estaba en la guerra, y que tuvo un templo a altura de los de los grandes gobernantes masculinos del Antiguo Egipto.
Sweetheart Abbey
Escocia alberga otro de los grandes monumentos sostenidos por los pilares del amor: la Abadía de Dulce Cor (Dulce Corazón) o Sweetheart Abbey, un monasterio de arenisca roja otrora utilizado por los monjes cisterciense y situado a orillas del río New Abbey Pow, en el actual pueblo de New Abbey.
Su historia se remonta al siglo XIII, cuando Lady Dervorgilla de Galloway (madre de Juan I, futuro rey escocés), atormentada por la muerte de su marido, Lord John de Balliol, hizo embalsamar el corazón del fallecido, para poder llevarlo consigo a todas partes dentro de un cofre de marfil forrado con plata, durante el resto de su vida.
Dervorguilla fundó la abadía en memoria de John de Balliol, y cuando ella murió, fue enterrada allí con el corazón de su marido, según Civitatis.