El escritor boliviano Edmundo Paz Soldán presentó hace unas semanas su nuevo libro titulado “Área protegida”, en el que ofrece una mirada profunda y especulativa sobre la crisis climática y la naturaleza humana, a través de la historia de un profesor que busca refugio en la selva amazónica boliviana ante el inminente fin del mundo. Pero, más allá de su más reciente publicación, Paz Soldán escribe un legado impecable con sus obras, en las que aborda diferentes temas, sobre todo como novelas, pero deja a sus lectores ávidos de más historias.
Paz Soldán conversó con OH! y comentó sobre su trayectoria, los cambios que atravesó en la forma de escribir sus libros y los retos a los que se enfrenta a la hora de empezar un nuevo proyecto.
- ¿Qué lo motivó a empezar a escribir profesionalmente?
- Bueno, en realidad, yo al principio durante muchos años traté de no escribir justamente, porque tenía toda esta presión familiar y social, sobre qué vas a hacer con tu vida. Entonces me fui del país a los 17 años a Argentina, a estudiar Ingeniería en Petróleos y no me gustaba para nada, después me pasé a Ciencias Políticas, incluso hice Relaciones Internacionales, o sea, tengo un título en Ciencias Políticas, pero nunca estaba lleno, y lo que buscaba era un tiempito extra para poder escribir, me imagino que tenía una vocación muy marcada, y decía “esto va a ser la ciencia de toda mi vida, que voy a estar siempre peleando para conseguir un tiempo extra”. Hasta que al final me animé y dije “bueno, voy a hacer lo que de verdad me gusta, que es escribir, la literatura”. Pero sí tardé, eso digo para los que no saben, les cuesta tomar una decisión, yo tardé seis años y medio en entrar a la literatura, ese tiempo que dediqué a las Ciencias Políticas, a la Ingeniería, me sirvieron de experiencia, pero en concreto no me sirvieron después.
- Esas áreas completamente distintas, ¿de algún modo le apoyaron en su escritura o a basarse en las historias para sus libros?
- Bueno, a mí siempre me ha interesado la política, y buscaba cómo, porque tampoco no tengo el carácter para ser político, pero sí me interesaba ver cómo reaccionaba con la política, y pensé que con las Ciencias Políticas quizás podría ser un diplomado, hacer una carrera diplomática. Luego me di cuenta de que en la literatura, sobre todo en el género novelesco, en la novela, sí puedes hacer críticas sociales o políticas, porque estás hablando de todo lo que pasa en una sociedad, estás tratando de buscar problemas a un nivel más macro, y eso me di cuenta que era lo que me interesaba de la literatura.
- ¿Cómo fue el proceso para escribir su primer libro, “Las máscaras de la nada”, que se publicó en 1990?
- Estudiaba en Argentina, primero en Mendoza y luego en Buenos Aires, y me puse a escribir una novela, y la novela no iba a ningún lado. Me acuerdo que hablaba con amigos a los que les decía que yo era escritor, y me decían “pero, a ver, muéstranos”, pero no quería mostrar la novela, entonces comencé a escribir unos cuentos cortos y entonces de pronto me di cuenta de que me salían así muy naturalmente. “Las máscaras de la nada” es el primero, son como casi 80 cuentos y todos son de una o dos páginas, entonces a veces veía una película que me impactaba, y en vez de comentar sobre la película, escribía un cuentito basado en la película. Me acuerdo que, cuando lo terminé, envié el manuscrito aquí. En ese momento tenía 22 años.
- ¿Hizo de todo un poco en su trayectoria?
- He hecho de todo un poco, y trato de disfrutar cada etapa, aunque me gustaría no olvidarme de escribir cuentos breves.
- ¿Cuál de los premios que recibió es el que ha tenido mayor impacto, tal vez no sólo en su vida, sino también en su carrera?
- Lamentablemente ahora se eliminó, no sé si fue una cuestión económica o qué, pero antes teníamos el Premio Nacional de Novela, el premio más importante de novela, y eso ayudaba mucho a escritores jóvenes a consolidarse, a difundir su obra, y yo gané ese premio en 2002 con una novela que se llamaba “El delirio de Turing”, y creo que para Bolivia ese ha sido el premio más importante que he ganado.
- ¿Por qué es el que más recuerda?
- Tenía 35 años y digamos que el premio me abrió muchas puertas, porque en ese entonces aquí en Bolivia ese premio lo auspiciaba una editorial española que tenía sede en Bolivia que se llama Alfaguara, entonces el libro también ayudó, porque gracias a eso la editorial distribuyó el libro en el exterior, el libro tuvo varias traducciones también, entonces sí fue como un premio importante. Lamentablemente, como hace seis años que ya no hay ese premio nacional; ayudó mucho la carrera de varios escritores.
- ¿Cuál cree que es el proceso de escritura que lleva a cabo en todos estos años?
- Supongo que la escritura es sobre todo una cuestión de disciplina, continuidad, persistencia, porque pues a veces suena un poco raro que te pases tanto tiempo revisando una página, cambiando adjetivos y qué sé yo, pero supongo que, si tienes una vocación, lo más importante es dedicarte de lleno a ella.
- ¿Usted cuál cree que es la falencia o por qué no hay tanto apoyo a los escritores en Bolivia?
- Yo creo que no somos una sociedad que ha tenido recursos ilimitados, entonces lo poco que tienes, tienes que darlo para cosas, o sea, lo tiendes a dar a cosas concretas y lo del arte no es algo concreto. Por ejemplo, a un escritor mexicano le das una beca de tres años para que escriba una novela, pero no hay garantía, entonces es una apuesta, pero el Gobierno el Estado mexicano dice hay como estos 20 escritores que creo que merecen ese apoyo, de esos 20, probablemente 10 o cinco harán una cosa muy buena. Creo que en Bolivia nunca hemos tenido la paciencia ni las ganas de apoyar proyectos como que quizás no vayan a dar a ningún lugar, tenemos necesidades más urgentes y nunca se ha visto el arte de este tipo como una prioridad para la nación, aun sabiendo que es esa es la cara de nuestro país, nuestros artistas, nuestros deportistas. En los Juegos Olímpicos hay muy buenos deportistas, pero lamentablemente no han tenido el apoyo. Es una cuestión de prioridades. Hace dos años, en un festival internacional en Estados Unidos, en Sundance, ganó un director boliviano con una película muy buena sobre la sequía, se llama “Utama”, pero no hay un fondo para la producción cinematográfica. Entonces, hay países como Chile, Perú, Argentina que tienen fondos para apoyar el desarrollo de películas, entonces presentas un proyecto y tú consigues esto y tú consigues otro. Sería ideal tener una cosa así, pero no tenemos nada, entonces creo que siempre se ha visto como algo más quijotesco que depende de ti mismo y no como algo que necesite ser apoyado desde todas las instancias tanto la privada como la pública.
- Cambiando un poco de tema, ¿cómo fue el proceso de las últimas dos novelas?
- En las últimas dos novelas, tanto “La mirada de las plantas” como “Área protegida”, son novelas ambientadas en el Amazonas y yo no soy del Amazonas, entonces yo voy todos los años, mi mujer es de Santa Cruz, su hermano vive en Cobija, viajamos todos los años a Pando, entonces todo eso para mí ha sido un gran descubrimiento descubrir el gran lado amazónico de nuestra cultura. Para mí fue todo un gran descubrimiento, y ese descubrimiento intenté plasmarlo en mi curiosidad, mi interés en esas novelas, pero para eso hay ciertas cosas, ciertas palabras que se dicen allá que tengo que consultar con gente que vive en el oriente para saber si está bien escrito, si suena bien, pero igual hay pequeños errores. Ese tipo de precisiones son parte de un trabajo de viajar mucho, de escuchar palabras que nos van a dar interesante, por ejemplo: cucurucí, me encantaría usar esa palabra, que significa insecto, pero luego, como la novela tiene que ver con el cambio climático, con las inundaciones, el otro tipo de investigación es más para leer cómo funciona, cómo nos afecta el cambio climático, qué pasa cuando suben los ríos, cuáles son los términos científicos sobre los humedales cosas así que pueden ser básicas, pero uno como escritor en cada tema que te metes se te abre un mundo y lo tienes que aprender. El desafío más importante es cómo manejar, cómo aprender de una información en un campo en el que tú no eres un experto y cómo crear utilizar esa información de una manera que al lector le parezca natural y verosímil.