Hace 43 años fueron identificadas por primera vez algunas manifestaciones de la enfermedad conocida actualmente como Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (sida) y que hasta ahora ha provocado la muerte de más de 40 millones de personas. Su causa, el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), se identificó en 1983.
Esa infección era irremediablemente mortal hasta hace unas décadas, pero hoy puede tratarse con resultados positivos, gracias a los avances médicos.
EMILIO MARTÍNEZ CARDONA
Mientras Bolivia busca cómo salir del pésimo sistema judicial basado en la elección popular de magistrados (donde la nueva votación de diciembre será apenas un mal menor frente a la auto prórroga indefinida de jueces), México se sumerge de cabeza en esa metodología fallida.
Mientras Bolivia busca cómo salir del pésimo sistema judicial basado en la elección popular de magistrados (donde la nueva votación de diciembre será apenas un mal menor frente a la auto prórroga indefinida de jueces), México se sumerge de cabeza en esa metodología fallida.
La situación de profunda crisis que vive nuestro país, admitida recientemente por el presidente del Estado, además de reflejar el fracaso del modelo económico vigente, es el resultado de la imposición del populismo, una estrategia de gestión del poder que ha producido graves daños en todos los ámbitos de nuestra institucionalidad.
La situación de profunda crisis que vive nuestro país, admitida recientemente por el presidente del Estado, además de reflejar el fracaso del modelo económico vigente, es el resultado de la imposición del populismo, una estrategia de gestión del poder que ha producido graves daños en todos los ámbitos de nuestra institucionalidad.
La política, por su naturaleza, es transitoria y el poder, cuando se ejerce de forma desmedida, tiende a desgastarse con el tiempo. En Bolivia, el escenario actual refleja este fenómeno con claridad. El liderazgo de Evo Morales, quien una vez fue visto como un defensor del pueblo, ha involucionado hacia una figura que, en su afán de mantener el control, ha recurrido a alianzas con sectores adversos al bienestar de la ciudadanía.
La política, por su naturaleza, es transitoria y el poder, cuando se ejerce de forma desmedida, tiende a desgastarse con el tiempo. En Bolivia, el escenario actual refleja este fenómeno con claridad. El liderazgo de Evo Morales, quien una vez fue visto como un defensor del pueblo, ha involucionado hacia una figura que, en su afán de mantener el control, ha recurrido a alianzas con sectores adversos al bienestar de la ciudadanía.
Autoestima y amor propio representan lo mismo. La autoestima femenina ha estado enraizada en las mujeres de todos los tiempos, quizá con mayor lucidez en unas que en otras, pero presente quizás sin ser nombrada en las mujeres que sentían que la obediencia no era lo suyo, que los condicionamientos y normas sociales las agobiaban, que las sociedades estructuradas les asignaban papeles de cuidado y las mantenían al margen del mundo del conocimiento.
Autoestima y amor propio representan lo mismo. La autoestima femenina ha estado enraizada en las mujeres de todos los tiempos, quizá con mayor lucidez en unas que en otras, pero presente quizás sin ser nombrada en las mujeres que sentían que la obediencia no era lo suyo, que los condicionamientos y normas sociales las agobiaban, que las sociedades estructuradas les asignaban papeles de cuidado y las mantenían al margen del mundo del conocimiento.