Cada año, la festividad de Urkupiña, celebrada en Quillacollo, no sólo congrega a feligreses de Bolivia y el mundo, sino que también genera un importante impacto económico en la región.
Con la llegada de más de 3 millones de personas, se estima que este año la fiesta mueva aproximadamente 79 millones de dólares en diversos rubros, sostuvo la directora de Turismo y Cultura de la Gobernación, Luz Ordoñez. Entre ellos, la venta de artesanías, como las que ofrece Olga Amurrio, quien, desde hace 50 años, se dedica a “vestir virgencitas” en su tienda Artesanías La Soledad.
“Se utiliza la tela que le guste a los clientes, el color que quieren y la vestimos”, explicó. Cuidando cada detalle y utilizando alfileres para armar los trajes, en media hora, Amurrio viste una imagen. “Hay que saber vestirla”, comentó. Añadió que, como es tradición, “cada que cumple años, se tiene que cambiar de ropa a la mamita”.
A unos pasos del templo San Ildefonso, desde hace 34 años, Marlene Coca ofrece diferentes artículos religiosos, desde miniaturas hasta grandes réplicas y novedosos llaveros con la imagen de la Virgen en 3D. “Aunque la venta está más o menos este año, ya está llegando gente”, indicó. Resaltó que el mayor movimiento ocurre desde mediados de julio hasta septiembre.
Además, de las artesanías que sorprenden con novedades cada año, como trajes típicos, mantos bordados o virgencitas a crochet, el impacto económico de la festividad se extiende a otros sectores.
Ordoñez explicó que la Fiesta de la Integración beneficia a todo el departamento. “Esperamos que esas cifras vayan creciendo porque después de la pandemia ha ido aumentando la afluencia de feligreses que llegan del interior y exterior”, señaló.
El director de Cultura y Turismo de Quillacollo, Mauricio Zambrana, subrayó que el objetivo principal del municipio, tras la pandemia, es la reactivación económica a través de esta festividad. “Generalmente recaudamos más de un millón de bolivianos, pero el juego económico en conjunto es mucho mayor, integrando a todos los ciudadanos de Quillacollo”, detalló.
El turismo, en particular, también juega un papel clave, mencionó el exdirector de Cultura y Turismo de la Gobernación Ubaldo Romero, considerando que los turistas aprovechan para conocer otros lugares.
“La festividad de la Virgen de Urkupiña se constituye en una de las actividades religiosas, culturales y turísticas más importantes del país”, manifestó.
El sector hotelero también se beneficia. Hasta la primera semana de agosto, el 70 por ciento de los más de 120 hoteles con capacidad de recibir a 9 mil turistas ya estaban reservados, reportó la Cámara Hotelera.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) puntualizó que la entrada folklórica y el cerro de Cota reúnen a más de 77 mil peregrinos cada año, dinamizando la economía durante la fiesta que se extiende hasta fin de mes, con la Feria de Alasitas.