El Viceministerio de Lucha Contra el Contrabando informó que más de 7 mil kilómetros fronterizos están siendo cubiertos por equipos especializados en el país, con el fin de evitar el contrabando a la inversa.
“Estamos hablando de más de 7 mil kilómetros lineales de fronteras que estamos teniendo cobertura para evitar el contrabando a la inversa”, dijo el viceministro de Lucha Contra el Contrabando, Luis Amílcar Velásquez.
El funcionario detalló que el Comando Estratégico Operacional de Lucha Contra el Contrabando (CEO-LCC) custodia toda la frontera con Santa Cruz, el río Mamaré en Beni, al igual que las fronteras con Argentina y Paraguay.
Velásquez también identificó 155 pasos clandestinos utilizados por organizaciones delictivas que realizan contrabando a la inversa de alimentos, por lo que se reforzaron los controles en frontera con el CEO-LCC y otras instituciones.
El Gobierno nacional reforzó la lucha contra el contrabando a la inversa, principalmente de alimentos, con al menos tres medidas, entre ellas la militarización de fronteras.
Según Velásquez, el sistema de control del contrabando se estructuró bajo una nueva estrategia con tres "líneas de interdicción". La primera está esquematizada en la frontera Perú, Chile, Argentina y Paraguay.
"En esta línea de frontera se encuentra el Comando Estratégico Operacional de Lucha Contra el Contrabando, con aproximadamente 400 profesionales capacitados para la lucha contra el ilícito", precisó.
La segunda línea para frenar el contrabando trata de un control en las troncales, en las redes camineras, donde se hallan los puntos de control aduaneros, donde se conectan con grupos de reacción inmediata de la Aduana, que también está compuesto por miembros del comando y personal aduanero. Y la tercera es de control en mercados, centros de abasto, donde opera exclusivamente el Comité de Seguridad Alimentaria.
El lunes el presidente, Luis Arce, anunció una nueva medida para combatir el contrabando de alimentos, una de las principales causas del reciente incremento en los precios de productos de la canasta básica. En un intento por proteger la economía interna y mitigar los efectos adversos del desabastecimiento de alimentos, el mandatario ordenó la militarización de las fronteras del país, una estrategia dirigida a detener la salida ilegal de productos hacia naciones vecinas, donde los precios son más elevados. Esta acción, según Arce, responde a la necesidad urgente de preservar la estabilidad económica ante las dificultades internas y externas que enfrenta Bolivia.