La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) informó en las últimas horas que una delegación de la Relatoría Especial sobre Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (Redesca) visitará el país para realizar una evaluación de los impactos que dejaron los incendios forestales en Bolivia.
La visita de trabajo se realizará entre el 9 y el 11 de diciembre de este año, según información oficial.
“El objetivo de la visita es evaluar los impactos de los incendios forestales en los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (Desca) de las comunidades locales, los pueblos indígenas y otras personas directamente afectadas, así como en la biodiversidad y los ecosistemas. Además, se analizará la posibilidad de formular recomendaciones destinadas a fortalecer las políticas de prevención y respuesta ante este tipo de tragedias ambientales en el contexto de la crisis climática”, informó la CIDH.
Otros aspectos
Para el biólogo y experto en medioambiente Milton Fernández, al margen de los daños sobre la pérdida de millones de hectáreas de cobertura forestal y la muerte de millones de animales, que fueron quemados vivos, la CIDH debería evaluar también el daño a los recursos básicos para las poblaciones afectadas, como el suministro de agua de las vertientes y cursos de agua que utilizan las comunidades de los bosques amazónicos.
“El agua debe ser potable o bebible sin mayor riesgo para los animales y el ser humano, pero ocurre lo contrario, porque se ha documentado, en varios riachuelos de la Amazonía, la existencia de elevados niveles de contaminación, con ceniza procedente de la quema de los árboles y la vegetación. Esta situación está matando a los peces de los ríos y, por otra parte, el agua contaminada no es bebible para el ser humano”, advirtió.
El experto también enfatizó en que se han registrado niveles preocupantes de mercurio, que utilizan en la explotación del oro y que termina depositado en los ríos, los cuales se han secado debido a los incendios.
“El mercurio puede ser removido por el viento y transportado a la atmósfera, para luego volver al suelo con las lluvias, contaminando todo tipo de superficies. Otro proceso es la existencia de lluvia ácida producida por la elevada concentración de cenizas y hollín suspendida en la atmósfera, que, al llegar al suelo, acidifican los suelos forestales, agrícolas y ganaderos”, concluyó.
Las leyes incendiarias
“Sólo hay una manera de prevenir los incendios y desastres ecológicos, es abrogando todas las leyes y decretos incendiarios. El Gobierno no debe permitir el uso del fuego para fines de expansión agrícola. Aunque los campesinos indiquen que son ‘fuegos controlados’, no existe y nunca existirá ‘el incendio controlado’, porque no es posible controlar la intensidad y dirección del viento, como el principal agente para avivar e incrementar los incendios forestales”, dijo Milton Fernández