Desde las cero horas de este miércoles, el sector panificador de Cochabamba comenzó un paro de 48 horas en protesta por el incumplimiento del Gobierno en la dotación de harina, un insumo esencial para su producción. Durante la medida, que se extenderá hasta el jueves, no habrá pan de batalla en mercados ni panaderías de la ciudad.
El representante de los panificadores, José Mamani, explicó que ante la falta de harina subvencionada tuvieron que recurrir a la importación de harina desde Argentina, a precios significativamente elevados, para continuar abasteciendo a la población. Sin embargo, advirtió que esta situación es insostenible a largo plazo. “El precio de la harina argentina ronda entre los 290 y 300 bolivianos por quintal, lo que hace inviable mantener el precio del pan”, afirmó.
Mamani, en declaraciones a Unitel, criticó que el Gobierno no haya cumplido el acuerdo de dotación de harina firmado para 2024. Según el dirigente, ya pasaron más de 30 días sin que se cumpla el compromiso, lo que pone en riesgo la estabilidad del sector.
Al finalizar el paro, los panificadores tienen previsto convocar una reunión para evaluar la situación y definir nuevas medidas, en función de la respuesta del Gobierno. La falta de harina y el alza en los costos de insumos amenazan con impactar en el precio del pan.
Por su parte, la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) informó que la dotación de harina subvencionada se realizará conforme a lo planificado. Atribuyó los retrasos a los bloqueos de carreteras en el país, organizados por seguidores de Evo Morales.
Después de 20 meses de iniciado, el proceso para la realización de las elecciones judiciales parece encaminarse a su fin en una modalidad ajena a lo prescrito en la Constitución Política del Estado (CPE).
Esa distorsión, la larga lista de peripecias que ha vencido este trámite y, sobre todo, la deteriorada confianza que inspira en los bolivianos la administración de justicia nacional, plantean la necesidad de un serio cuestionamiento al sistema judicial vigente en el país.
El título es el mismo de una famosa canción italiana de los años 70 y pinta de cuerpo entero una reciente entrevista que el presidente interino de YPFB, Armin Dorgathen Tapia (ADT), ha concedido a Brújula Digital, medio que la publicó resumida el 18 de enero.
El título es el mismo de una famosa canción italiana de los años 70 y pinta de cuerpo entero una reciente entrevista que el presidente interino de YPFB, Armin Dorgathen Tapia (ADT), ha concedido a Brújula Digital, medio que la publicó resumida el 18 de enero.
GARY ANTONIO RODRÍGUEZ
En el momento que vivimos es imposible no volver a abordar la escalada de bloqueos en el país. Grande es la preocupación de los directamente afectados —productores, exportadores, importadores, comerciantes, transportistas, prestadores de servicios, trabajadores, consumidores— por lo que, queriendo ser objetivo, pedí por Facebook ejemplos de los perjuicios que causan los bloqueos, “cualquiera sea el motivo y cualquiera sea el bloqueador”.
En el momento que vivimos es imposible no volver a abordar la escalada de bloqueos en el país. Grande es la preocupación de los directamente afectados —productores, exportadores, importadores, comerciantes, transportistas, prestadores de servicios, trabajadores, consumidores— por lo que, queriendo ser objetivo, pedí por Facebook ejemplos de los perjuicios que causan los bloqueos, “cualquiera sea el motivo y cualquiera sea el bloqueador”.
Parecemos un rebaño perdido. Quienes escribimos sobre la situación política de Bolivia, tanto leernos a nosotros mismos, sonamos como balidos de oveja. En un principio era como escuchar al carnero extraviado, pues nos causaba alarma, curiosidad y pena. Pero a medida que pasó el tiempo, el balido individual se fue generalizando y de ovejas extraviadas pasamos crecientemente a ser varios y muchos que damos señales de alarma cada vez mayores, generalizados y que ya sólo aturden.
Parecemos un rebaño perdido. Quienes escribimos sobre la situación política de Bolivia, tanto leernos a nosotros mismos, sonamos como balidos de oveja. En un principio era como escuchar al carnero extraviado, pues nos causaba alarma, curiosidad y pena. Pero a medida que pasó el tiempo, el balido individual se fue generalizando y de ovejas extraviadas pasamos crecientemente a ser varios y muchos que damos señales de alarma cada vez mayores, generalizados y que ya sólo aturden.
RONNIE PIÉROLA GÓMEZ
Cuando el cielo se derrumbó sobre él, Octavio Mantilla supo que todo se iba al demonio, lo pudo reconocer cuando vio que en las esquinas se formaban remolinos de basura y mugre, lo identificó cuando vio que la inmundicia se atoraba en las puertas de las casas y lo evocó cuando recordó un texto que él mismo leyó hace mucho en un libro endemoniado.
Cuando el cielo se derrumbó sobre él, Octavio Mantilla supo que todo se iba al demonio, lo pudo reconocer cuando vio que en las esquinas se formaban remolinos de basura y mugre, lo identificó cuando vio que la inmundicia se atoraba en las puertas de las casas y lo evocó cuando recordó un texto que él mismo leyó hace mucho en un libro endemoniado.