La Cámara de la Industria Farmacéutica Boliviana (Cifabol) ha advertido sobre una inminente “emergencia sanitaria” en Bolivia debido a la escasez de dólares y combustible, situación que amenaza con desestabilizar el suministro de medicamentos y la viabilidad de la industria farmacéutica en el país.
Según Cifabol, el aumento en los costos de insumos, sumado a las dificultades para realizar pagos internacionales, está comprometiendo la producción y distribución de medicamentos esenciales. La organización emitió recientemente un comunicado en el que solicita al Estado medidas urgentes para mitigar estos problemas. “Exigimos soluciones inmediatas para nuestro sector, a fin de evitar una emergencia sanitaria en el país”, destacó Cifabol, subrayando que la limitada disponibilidad de dólares ha elevado notablemente los costos de producción.
La situación se agrava por la escasez de combustible, que es fundamental para el transporte y la logística en el sector farmacéutico. Esta limitación, junto con las barreras en los pagos internacionales, ha generado retrasos y restricciones en el suministro de medicamentos.
Después de 20 meses de iniciado, el proceso para la realización de las elecciones judiciales parece encaminarse a su fin en una modalidad ajena a lo prescrito en la Constitución Política del Estado (CPE).
Esa distorsión, la larga lista de peripecias que ha vencido este trámite y, sobre todo, la deteriorada confianza que inspira en los bolivianos la administración de justicia nacional, plantean la necesidad de un serio cuestionamiento al sistema judicial vigente en el país.
El título es el mismo de una famosa canción italiana de los años 70 y pinta de cuerpo entero una reciente entrevista que el presidente interino de YPFB, Armin Dorgathen Tapia (ADT), ha concedido a Brújula Digital, medio que la publicó resumida el 18 de enero.
El título es el mismo de una famosa canción italiana de los años 70 y pinta de cuerpo entero una reciente entrevista que el presidente interino de YPFB, Armin Dorgathen Tapia (ADT), ha concedido a Brújula Digital, medio que la publicó resumida el 18 de enero.
GARY ANTONIO RODRÍGUEZ
En el momento que vivimos es imposible no volver a abordar la escalada de bloqueos en el país. Grande es la preocupación de los directamente afectados —productores, exportadores, importadores, comerciantes, transportistas, prestadores de servicios, trabajadores, consumidores— por lo que, queriendo ser objetivo, pedí por Facebook ejemplos de los perjuicios que causan los bloqueos, “cualquiera sea el motivo y cualquiera sea el bloqueador”.
En el momento que vivimos es imposible no volver a abordar la escalada de bloqueos en el país. Grande es la preocupación de los directamente afectados —productores, exportadores, importadores, comerciantes, transportistas, prestadores de servicios, trabajadores, consumidores— por lo que, queriendo ser objetivo, pedí por Facebook ejemplos de los perjuicios que causan los bloqueos, “cualquiera sea el motivo y cualquiera sea el bloqueador”.
Parecemos un rebaño perdido. Quienes escribimos sobre la situación política de Bolivia, tanto leernos a nosotros mismos, sonamos como balidos de oveja. En un principio era como escuchar al carnero extraviado, pues nos causaba alarma, curiosidad y pena. Pero a medida que pasó el tiempo, el balido individual se fue generalizando y de ovejas extraviadas pasamos crecientemente a ser varios y muchos que damos señales de alarma cada vez mayores, generalizados y que ya sólo aturden.
Parecemos un rebaño perdido. Quienes escribimos sobre la situación política de Bolivia, tanto leernos a nosotros mismos, sonamos como balidos de oveja. En un principio era como escuchar al carnero extraviado, pues nos causaba alarma, curiosidad y pena. Pero a medida que pasó el tiempo, el balido individual se fue generalizando y de ovejas extraviadas pasamos crecientemente a ser varios y muchos que damos señales de alarma cada vez mayores, generalizados y que ya sólo aturden.
RONNIE PIÉROLA GÓMEZ
Cuando el cielo se derrumbó sobre él, Octavio Mantilla supo que todo se iba al demonio, lo pudo reconocer cuando vio que en las esquinas se formaban remolinos de basura y mugre, lo identificó cuando vio que la inmundicia se atoraba en las puertas de las casas y lo evocó cuando recordó un texto que él mismo leyó hace mucho en un libro endemoniado.
Cuando el cielo se derrumbó sobre él, Octavio Mantilla supo que todo se iba al demonio, lo pudo reconocer cuando vio que en las esquinas se formaban remolinos de basura y mugre, lo identificó cuando vio que la inmundicia se atoraba en las puertas de las casas y lo evocó cuando recordó un texto que él mismo leyó hace mucho en un libro endemoniado.