El presidente del Estado, Luis Arce, denunció este sábado la "Guerra híbrida" que ocurre en Bolivia, que durante los últimos meses mantuvo asediado a su gobierno y sometido a diversos ataques desde distintos frentes, que no se habían visto en cerca de dos décadas en el país.
"En Bolivia, en noviembre pasado, hemos cumplido cuatro años de gobierno asediado y sometido a ataques de diversa naturaleza desde todos los frentes, desde la derecha y la nueva derecha interna y externa. Ese concepto aparentemente abstracto de Guerra Híbrida cobra sentido todos los días, pues en cerca de dos décadas no se había visto una guerra política, económica, legislativa y mediática tan intensa como la que experimentamos hoy", aseveró.
La autoridad hizo la declaración durante su participación en la XXIV Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América - Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA - TCP), que se desarrolla por el 20 aniversario del bloque, en Caracas (Venezuela).
Afirmó que la alianza ALBA - TCP clama por el respeto a la democracia, por lo que reclamó la no injerencia en asuntos internos de las diversas naciones que componen el bloque, "porque cada pueblo tiene el derecho soberano de construir su propio destino, sin presiones externas ni agendas impuestas".
Por otro lado, Arce reafirmó la convicción y compromiso de Bolivia con la alianza, porque el ALBA - TCP, más que un proyecto político, se constituyó en un símbolo de resistencia viva ante las injusticias y la dominación de los pueblos.
"El ALBA - TCP es mucho más que una organización, es el estandarte de los pueblos libres que defienden principios de solidaridad, complementariedad y justicia. Desde el Estado Plurinacional de Bolivia, reiteramos nuestro compromiso con estos valores y con la lucha por un mundo multipolar, donde los derechos y la dignidad de nuestros pueblos sean respetados sin condicionamientos ni amenazas", sostuvo.
Dijo que no se puede permitir que el mundo continúe "tolerando bloqueos que asfixian naciones enteras", sanciones que castigan a los más vulnerables y guerras que despojan a los pueblos de su derecho a la vida.
"No podemos aceptar que quienes hablan de democracia la ultrajen con agendas de dominación y saqueo. Tenemos la urgencia, la necesidad y el deber de hacer del mundo una zona de paz", remarcó.
Arce señaló que la alianza ALBA - TPC no es una opción, sino que se tradujo en una necesidad, que debe continuar con paso firme, reafirmando los principios fundacionales de solidaridad, complementariedad, justicia y cooperación que le guían desde su creación.
"Hoy más que nunca, debemos entender la frase de que, sino trabajamos y peleamos unidos, estamos condenados a ser aniquilados por separado. No puede haber dudas de ello", reflexionó.
Sostuvo que los países del bloque "sueñan" con un horizonte donde la política exterior se deshaga de viejas cadenas y abracen la despatriarcalización y la descolonización como brújulas para cambiar a la sociedad, en un nuevo mundo multipolar "justo, próspero, sostenible", donde hombres y mujeres construyan juntos y disfruten de la equidad.
Hace 200 años y cuatro días tuvo lugar la batalla que definió la liberación de las colonias españolas y cuyas características e impacto tendrían que inspirar en los bolivianos el espíritu de la celebración que merece el bicentenario de nuestra independencia.
La política, por su naturaleza, es transitoria y el poder, cuando se ejerce de forma desmedida, tiende a desgastarse con el tiempo. En Bolivia, el escenario actual refleja este fenómeno con claridad. El liderazgo de Evo Morales, quien una vez fue visto como un defensor del pueblo, ha involucionado hacia una figura que, en su afán de mantener el control, ha recurrido a alianzas con sectores adversos al bienestar de la ciudadanía.
La política, por su naturaleza, es transitoria y el poder, cuando se ejerce de forma desmedida, tiende a desgastarse con el tiempo. En Bolivia, el escenario actual refleja este fenómeno con claridad. El liderazgo de Evo Morales, quien una vez fue visto como un defensor del pueblo, ha involucionado hacia una figura que, en su afán de mantener el control, ha recurrido a alianzas con sectores adversos al bienestar de la ciudadanía.
Autoestima y amor propio representan lo mismo. La autoestima femenina ha estado enraizada en las mujeres de todos los tiempos, quizá con mayor lucidez en unas que en otras, pero presente quizás sin ser nombrada en las mujeres que sentían que la obediencia no era lo suyo, que los condicionamientos y normas sociales las agobiaban, que las sociedades estructuradas les asignaban papeles de cuidado y las mantenían al margen del mundo del conocimiento.
Autoestima y amor propio representan lo mismo. La autoestima femenina ha estado enraizada en las mujeres de todos los tiempos, quizá con mayor lucidez en unas que en otras, pero presente quizás sin ser nombrada en las mujeres que sentían que la obediencia no era lo suyo, que los condicionamientos y normas sociales las agobiaban, que las sociedades estructuradas les asignaban papeles de cuidado y las mantenían al margen del mundo del conocimiento.
Hay modus operandi que identifican indubitablemente a los regímenes dictatoriales que existen a lo largo y ancho del planeta. Algo que caracteriza a varios de ellos, es que hacen uso de la democracia liberal para acceder al poder y luego la destruyen para perpetuarse en él. En ese afán no para mientes en perseguir no sólo a opositores, sino también a todo aquel que no cumple las órdenes del “mesías” de turno, sea este exguerrillero, pseudo indígena, “líder nato” o lo que fuese.
Hay modus operandi que identifican indubitablemente a los regímenes dictatoriales que existen a lo largo y ancho del planeta. Algo que caracteriza a varios de ellos, es que hacen uso de la democracia liberal para acceder al poder y luego la destruyen para perpetuarse en él. En ese afán no para mientes en perseguir no sólo a opositores, sino también a todo aquel que no cumple las órdenes del “mesías” de turno, sea este exguerrillero, pseudo indígena, “líder nato” o lo que fuese.
MARCELO GONZALES YAKSIC
La emigración boliviana, impulsada por una profunda crisis económica interna, ha comenzado a generar preocupación en países vecinos, como Perú y Argentina, donde se teme una marcha forzada que afecte sus sistemas de servicios públicos y la seguridad. Este fenómeno refleja un problema de fondo en Bolivia que es el agotamiento de su modelo económico comunitario y las severas dificultades que enfrentan sus ciudadanos para encontrar estabilidad y mejores oportunidades.
La emigración boliviana, impulsada por una profunda crisis económica interna, ha comenzado a generar preocupación en países vecinos, como Perú y Argentina, donde se teme una marcha forzada que afecte sus sistemas de servicios públicos y la seguridad. Este fenómeno refleja un problema de fondo en Bolivia que es el agotamiento de su modelo económico comunitario y las severas dificultades que enfrentan sus ciudadanos para encontrar estabilidad y mejores oportunidades.