Un concierto para solista y orquesta, de un compositor español, y una suite sinfónica de un ruso conforman el programa de la segunda presentación de la Orquesta Filarmónica de Cochabamba (OFC) este año.
Se trata de El Concierto de Aranjuez, de Joaquín Rodrigo, y de Sheherezade, de Nikolái Rimski-Kórsakov. Fueron compuestas por maestros de nacionalidades —y culturas— muy diferentes, en lugares distintos y distantes: París y San Peters-burgo con una diferencia de 51 años entre ambas.
Las dos obras son las más conocidas de sus autores, poseen una fuerza, complejidad y belleza arrebatadoras y tienen algo que ver con la muerte, consumada para el es-pañol en la de su hijo a punto de nacer, y evitada en el caso del tema de la composición del ruso. Pero, ¿por qué interpretarlas una tras otra en un concierto?
Belleza y emoción
Augusto Guzmán, fundador y director de la OFC nos responde: “Este concierto es-taba planeado para la época del Día de la Madre —lo hemos postergado un poco— y queríamos tocar un tema femenino, por decir así. Entonces, Sheherazade es un tema femenino, y además se refiere a un personaje que salva su vida y las de otras mujeres contando cuentos enlazados durante mil y una noches, historias que están en el fa-moso libro árabe. Entonces, se trata de un tema femenino y, justamente, la obra de Rimski-Kórsakov tiene esos coloridos un poco centroasiáticos, justamente árabes, turcos también, y esas sonoridades van bien con El Concierto de Aranjuez.
Y el guitarrista clásico Marcos Puña, solista en la obra del español completa la explicación: “El Concierto de Aranjuez tiene un origen tan emotivo, tan rico, no solamente en cuanto a estilo, en cuanto a historia, en cuanto a música, sino emotivamente, como obra de arte, tiene un origen lleno de emociones muy profundas, como la pérdida del hijo de Joaquín Rodrigo y su esposa Victoria Kamhi, a punto de nacer.
Tras ese momento trágico, él va a su casa y compone el tema del adagio lento (segundo movimiento) de El Concierto de Aranjuez, famosísimo y difundido mundialmente en miles de versiones.
El solo de la guitarra va desesperándose cada vez más hasta que llega a unos rasgueos que simbolizan gritos de inconformidad con Dios. Rodrigo decía ‘me he peleado con Dios, ¿cómo me va a pasar una tragedia tan grande? ¿por qué?’. Y esos tres gritos desesperados son respondidos por el perdón de Dios que es el tutti de la orquesta, gigante. Y al final suenan las últimas notas son dadas y se pierde la guitarra, simboliza la ascensión del alma del niño al cielo y el perdón de Dios… y la paz.
Esas vivencias personales, tan profundas han hecho una obra de arte realmente difundidísima y tan bella, tan disfrutable, yo creo que disfrutable no sólo para el que escucha, sino para los que tocan también”.
“Fortísimos enormes”
Debe ser intenso ese disfrute cuando se interpreta la obra de Rodrigo, pues ambos maestros comentan la intención de volver a interpretar El Concierto de Aranjuez después de haberlo hecho en 2009, también en Cochabamba. Y también debe ser complejo lograr ese diálogo entre una guitarra y una orquesta de 60 personas que suena como un instrumento complejo y gigante.
“Acompañar a un violinista, por ejemplo, no es lo mismo que con un pianista, o un guitarrista. Y pues eso se logra con los ensayos, para empezar, y el conocimiento y las cualidades de cada instrumento también. En un pianísimo con guitarra, la parte suave va a ser aún más suave, pero no tiene que perder por eso su carácter. Entonces es lo que hemos venido trabajando estos dos meses, que por tocar suave a veces la interpretación suena muy plana o inexpresiva. Entonces hay que conseguir toda esa expresividad en los distintos volúmenes.
Y tiene muchos contrastes. Este concierto tiene unos fortísimos, enormes, especialmente en el segundo movimiento, es donde la guitarra destaca mucho más en su diálogo con la orquesta. En el primero y el tercero la orquesta está en un plano secundario, por decir así.
Y hay el contraste con la otra obra, que es más bien totalmente sinfónica. Es una orquesta grande, se acoplan otros instrumentos más que no están en El Concierto, se acoplan el trombón, la tuba, que son ya muy pesados. Y ahí, claro, son sono-ridades mucho más grandes, más amplias, pero también hay partes sutiles, las partes que representan a Sheherezade, su leitmotiv, por ejemplo”.
El concierto de la OFC tiene lugar el domingo 9 y el lunes 9 de junio, a las 20 horas, en el Salón de Eventos El Portal.
Las entradas están a la venta en El Portal en horario continuo de 9:00 a 19:00, también por QR al celular 78333855.