La recurrencia y los volúmenes de las cap- turas de droga boliviana en el extranjero tendrían que interpelar a nuestro Gobierno acerca de su eficiencia en la lucha contra el narcotráfico.
Entre enero e inicios de junio, más de 3,8 toneladas de cocaína cuyo origen de envío era Bolivia habían sido incautadas en seis países vecinos, constataba un reportaje de la Agen- cia de Noticias Fides.
Después de esa fecha, entre el 18 y el 28 de junio, el hallazgo de casi 2,7 toneladas de la misma droga y del mismo origen se reportaron en Argentina y Chile.
Y el viernes último, anteayer, las Aduanas de Chile deco- misaron dos toneladas de cocaína impregnada en planchas de madera provenientes de Bolivia.
El nuestro país, la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) también halla droga, desmantela labo- ratorios donde se la procesa, decomisa precursores, detiene a sospechosos de narcotráfico —muy rara vez gente de peso en esa actividad ilegal— y falla en la detección de envíos al extranjero, como ocurrió en febrero con la casi media tone- lada que partió del aeropuerto de Viru Viru y llegó al de Madrid-Barajas.
“¡Nuestra lucha contra el narcotráfico no se detiene, has- ta el momento en lo que va el año se destruyeron 60 labora- torios y 320 fábricas!”, expresaba hace pocos días en sus re- des sociales el ministro de Gobierno.
Las incautaciones de droga boliviana fuera de Boli- via son, en su mayoría, fruto de prolongadas y cuidado- sas investigaciones que desembocan en la captura de quienes integran las organizaciones de narcotrafican- tes, y las desbaratan.
Lo que no ocurre en el país, donde las capturas de droga son fruto de denuncias o de la casualidad, al menos eso es lo que resulta de las informaciones evacuadas por las instan- cias antinarcóticos.
Además, existe un aspecto que, al parecer, descuida la Felcn: “La ubicación geográfica de Bolivia y su permeabili- dad fronteriza, más que su producción, son los factores con mayor incidencia en su papel dentro de los esquemas inter- nacionales del tráfico de cocaína”.
Esa es la constatación de un extenso estudio realizado por el Real Instituto Elcano, institución española independiente.
De esos “esquemas internacionales” a los que hace re- ferencia Elcano forman parte carteles y otras organiza- ciones criminales transnacionales, cuya presencia en Bo- livia niega el Gobierno, aunque la prensa y las fuerzas policiales de otros países, como Brasil y Argentina consi- deren lo contrario.
Todo ello evidencia la urgente necesidad de una nueva es- trategia antidrogas en el país.