La Universidad Mayor de San Simón (UMSS) ha dado a la población cochabambina, especialmente a la gente del valle bajo, una buena noticia: a partir de esta gestión comienza el proceso de descentralización de 15 de sus carreras en Quillacollo, aunque, por ahora, se comienza con tres: Ingeniería de Sistemas, Derecho y Contaduría Pública.
La noticia es buena comenzando por lo más obvio: la población de Quillacollo ha crecido tanto que, según las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística (INE), para 2022 superó los 410 mil habitantes (contado los cinco municipios que integran la provincia: Quillacollo, Tiquipaya, Vinto, Sipe Sipe y Colcapirhua). Si se considera sólo al municipio de Quillacollo, la cifra es de 185 mil habitantes.
Sin embargo, como estos datos están calculados sólo hasta 2022 (se está a la espera del censo de 2025), lo más probable es que a estas alturas ya se haya superado el medio millón de habitantes en toda la provincia y los 250 mil en el municipio.
Además, según cálculos de la misma UMSS, de los 90 mil estudiantes que alberga actualmente esta institución, 17 mil son procedentes del valle bajo, es decir casi el 20 por ciento. Cifras más, cifras menos, uno de cada cinco estudiantes de la UMSS es del valle bajo.
Era natural entonces el crecimiento de la demanda, sobre todo considerando los 13 kilómetros que (mínimamente) debe recorrer un estudiante de Quillacollo hasta la universidad pública, los 17 de Vinto y los más de 25 de Sipe Sipe, todo esto, naturalmente, en un día en que no hay bloqueos en medio (que no son pocos).
Otro detalle no menos importante es que el establecimiento central quedará liberado de la quinta parte de su población estudiantil, lo que en parte es una respuesta a la queja de masificación y saturación de sus ambientes.
En cuanto al contexto, no debe olvidarse que esta desconcentración ocurre después de que en Quillacollo apareciera una universidad ilegal, que hasta la fecha sigue reclamando reconocimiento, posiblemente emulando la irrupción de otras universidades públicas que no se hallaban en capital de departamento, como la Siglo XX en Potosí y la UPEA, en El Alto. La UMSS demoró en reaccionar y pensar en su desconcentración y seguramente se considerará esto como una severa llamada de atención.
Ahora, mirando hacia adelante, habrá que hacer votos porque la UMSS sepa mantener el nivel de excelencia académica que la caracterizó durante sus casi 200 años de historia, con docentes cualificados, contenidos y metodologías de vanguardia y con las certificaciones internacionales de las que goza su establecimiento central. Es decir, se espera que todo corra a la par con la sede central. Quillacollo da la bienvenida a la UMSS.