Se va un año que nos trajo la noticia de que la inteligencia artificial tiene la posibilidad de imponerse en un mundo donde conviven países con un enorme déficit de inteligencia, de cualquier tipo de inteligencia.
La tecnología de la información se ha desarrollado demasiado en un mundo donde, en amplios espacios geográficos, la política es prehistórica, casi troglodita, como en nuestro país.
Un mundo donde existe una guerra fría muy diferente de la anterior, que confrontaba al capitalismo con el comunismo. La actual guerra fría confronta al capitalismo con no se sabe qué propuesta, quizá porque el comunismo se aplazó para siempre en 1991, cuando se murió la URSS.
Ahora, en esta nueva guerra fría, hay un país donde sus líderes ordenaron a unos científicos que fabriquen un virus capaz de paralizar el mundo, o por lo menos afectar a su economía. Y lo lograron.
Fue la primera vez que se usaron virus para cumplir un propósito de geopolítica internacional. Las normas de las Naciones Unidas no se pueden aplicar a esta estrategia.
Quienes manejaron este ejército de virus no proponen combatir el capitalismo, solamente frenarlo, ponerle palos en las ruedas para mostrar que no es perfecto, pero no tienen una propuesta alternativa.
Y el otro país líder de esa tendencia comenzó una guerra absurda con un vecino con el propósito, igual que el primero, de perjudicar a las actividades económicas. Sólo para perjudicarlas.
Los otros conductores del modelo rival son musulmanes, es decir cualquier cosa, comenzando por sojuzgar a las mujeres, lo que no llega a ser una propuesta política, sino simple sadismo. Países que adoran a un dios que no tolera ser retratado, so pena de muerte.
Estos países no tienen una propuesta, pero, en cambio, tienen sus seguidores, conducidos por caudillos que, por supuesto, no tienen ni la más remota idea de nada.
Eso sí, los seguidores de estos países que hacen de guía no tienen contacto con ningún tipo de inteligencia. Están vacunados.
Un caudillo nuestro llegó a decir, sin haberse disculpado ni corregido hasta ahora, que los aimaras combatieron al imperio romano. Ninguna idea de la historia ni de la geografía. Inteligencia cero. Esa es la condición para militar en este frente, en el nuevo “eje del mal”.
Por lo tanto, la irrupción de la inteligencia artificial viene a ser una luz de esperanza. Algo de inteligencia, por favor. Cualquier tipo de inteligencia.