En un miércoles típico de feria, el caos vehicular en el centro de la ciudad de Cochabamba se ve agravado por una alarmante práctica entre los conductores: el uso del celular mientras manejan. Según una reciente observación llevada a cabo por Los Tiempos, se revela que 6 de cada 10 conductores en horas pico del mediodía se encuentran distraídos por sus dispositivos móviles, con un énfasis particular en el transporte público.
La situación no mejora en la zona norte, donde, en la rotonda de la plazuela Quintanilla, 3 de cada 10 automovilistas también son culpables de esta peligrosa práctica. En este caso, la proporción está sesgada hacia los conductores de autos particulares. Similar escenario se repite por la noche en la concurrida avenida América y Villarroel, donde conductores, entre transportes públicos y privados, se ven afectados por la distracción de este artefacto.
El tiempo de observación fue de aproximadamente una hora en cada caso.
Varios pueden ser los motivos, cada vez más habituales: desde la búsqueda de ubicaciones hasta la revisión de mensajes de texto, el envío y recepción de audios en WhatsApp, la revisión de redes sociales o el cambio de música. Incluso, se ha notado la preocupante tendencia de algunos influencers que graban historias y/o realizan transmisiones en vivo para interactuar con sus seguidores mientras conducen, contribuyendo aún más al peligro en las calles.
A pesar de que este hábito está prohibido en Cochabamba desde mayo de 2016, mediante la Ley Municipal No 0086/2015, la práctica persiste. La Dirección de Movilidad Urbana del Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba es la encargada de hacer cumplir esta normativa. La ley establece claramente que queda prohibido el uso de equipos de comunicación, transmisión de datos y otros dispositivos similares mientras se conduce cualquier tipo de vehículo motorizado, salvo en casos específicos como encontrarse estacionado en lugares permitidos o detenido por desperfectos mecánicos.
Las sanciones establecidas incluyen multas del 25 al 100 por ciento de un salario mínimo nacional. Algunos oficiales de la división de Tránsito admiten que no tienen la potestad de multar directamente por el uso del celular, pero se enfocan en controlar todas las faltas y sanciones que cometen los “malos conductores”.
La falta de cumplimiento y control es evidente, ya que, hasta el cierre de esta edición, Los Tiempos no obtuvo respuesta del director de Movilidad Urbana, Hever Rojas Claros, sobre las cifras correspondientes a la gestión 2023 en relación con las personas que infringieron la ley. Según el decreto municipal, la Alcaldía tiene la responsabilidad de elaborar una base de datos de los conductores infractores para su publicación en diversos medios de comunicación.
En un sondeo adicional realizado por Los Tiempos, se descubrió que la mayoría de los conductores no está al tanto de esta ley. Aquellos que reconocen conocer la normativa y admiten haber utilizado el celular justifican su acción alegando necesidad de ubicación, siendo este un argumento especialmente recurrente entre los conductores de taxi, como los pertenecientes a InDrive.
Por otro lado, es evidente que el uso del celular entre los conductores de motos, especialmente aquellos dedicados al servicio de delivery, ha experimentado un preocupante aumento en los últimos años, exacerbando aún más los riesgos en las caóticas calles de Cochabamba.
LOS RIESGOS
Usar el móvil mientras se conduce incrementa en 23 veces el riesgo de sufrir un accidente, ya que esta actividad involucra las tres formas de distracción existentes:
- Distracción visual: los ojos se centran en la pantalla del smartphone.
- Distracción cognitiva: la mente está ocupada pensando en el contenido del mensaje.
- Distracción manual: los dedos se ocupan tecleando los caracteres.
Los accidentes más comunes asociados con estas distracciones incluyen salidas de la vía, colisiones por alcance y atropellos, destacando los peligros físicos que implica el uso del celular al volante.
PEATONES Y CICLISTAS
Aunque comúnmente se asocia el uso de celulares mientras se conduce con riesgos para peatones y ciclistas, la peligrosa práctica también afecta a esta población. Estudios recientes subrayan que el uso de teléfonos móviles puede provocar lesiones durante la marcha. Wayne Giang, profesor adjunto de Ingeniería en la Universidad de Florida, advierte sobre la “ceguera por falta de atención” que puede generar el ajuste de movimientos al caminar y utilizar el teléfono simultáneamente.
Según Giang, los peatones que utilizan sus teléfonos mientras caminan reducen su velocidad en un 10 por ciento, evidenciando cómo esta distracción influye en el comportamiento peatonal. Incluso el uso del celular montado en bicicletas, aparentemente un malabar imposible, es una realidad.
Christian Funes, miembro de Masa Crítica Cochabamba, consciente de los riesgos, evita el uso del celular mientras pedalea. Reconoce el impacto en la concentración y seguridad, abogando por medidas como soportes para teléfonos con manos libres. Aunque no ha enfrentado situaciones peligrosas, destaca la importancia de educar sobre los riesgos asociados con esta práctica.
¿CÓMO MANTENERSE A SALVO?
La primera medida es la eliminación total del uso de celulares mientras se conduce. Además, se subraya la necesidad de respaldar y difundir campañas de concienciación, así como de sostener conversaciones con familiares y amigos sobre este tema incómodo pero crucial, esencial para prevenir pérdidas humanas y siniestros graves.
A pesar de los avances normativos en esta materia, es crucial promover mejoras en su aplicabilidad y tomar medidas efectivas a nivel municipal. La creación de centros específicos de denuncias se vislumbra como una iniciativa beneficiosa.
En un contexto más amplio, se destaca el papel activo que deben desempeñar las organizaciones internacionales, Gobiernos, sociedad civil y empresas. Adoptar medidas similares a las instrucciones emitidas por el Secretario General de las Naciones Unidas en 2010, que prohíben el uso del celular mientras se conduce y abordan otros factores de riesgo, se presenta como una acción necesaria.