Durante tres meses, la parte oriental de Bolivia ha sido golpeada por incendios. Las cifras reportadas son alarmantes: la cantidad de hectáreas de bosque quemadas y el número de animales silvestres muertos y desplazados por el fuego son significativas.
Desde el fin de semana, la densa capa de humo visible en las mañanas alrededor de la ciudad es una señal del aumento de la contaminación provocada por las quemas, que generan monóxido de carbono. En los últimos días, este contaminante ha registrado un nivel “moderado” en la escala de medición.
Esta situación ya estaba anunciada debido a la magnitud del incendio, el cual hasta ahora no se ha podido controlar. Según la Fundación Tierra, San Matías es uno de los municipios de Santa Cruz más afectados, ya que en los últimos tres meses el fuego ha devorado el 46 por ciento de su territorio.
El mismo informe señala que las quemas en Bolivia han alcanzado cifras alarmantes en cuanto a la superficie afectada, superando los 4 millones de hectáreas. Los departamentos más perjudicados son Santa Cruz, con 2,6 millones de hectáreas; Beni, con 1,3 millones de hectáreas, y La Paz, con 18.990 hectáreas.
En total, 69 municipios han sido afectados por las quemas en Bolivia: 36 en Santa Cruz, 17 en Beni, 11 en Pando, tres en Cochabamba y uno en La Paz.
En cuanto a los efectos en el medioambiente, Marko Andrade, responsable del Centro de Monitoreo Climático del Departamento de Física de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), en una nota de este medio de comunicación, destacó que, a pesar de la gran distancia entre la región y los focos de calor, el viento provoca que la humareda se desplace y llegue a otras áreas, como los valles.
Explicó que, normalmente, en la ciudad de Cochabamba se registran niveles de CO de entre 200 y 300 partes por millón (ppm), pero se prevé que, a partir del jueves y hasta el domingo, estos niveles superen las 400 ppm, según las proyecciones del Centro de Monitoreo.
Precisó que la región del trópico se ve afectada casi directamente por las quemas en la parte oriental del país, y este caso no ha sido la excepción.
Los profesionales de la salud advierten que la humareda puede irritar los ojos, afectar el aparato respiratorio y agravar las enfermedades cardíacas y pulmonares crónicas. Recomiendan a la población evitar realizar actividad física en espacios abiertos hasta que la contaminación disminuya. En el caso de personas con afecciones de salud, sugieren el uso de barbijos.
Si los incendios forestales no son controlados, todos estaremos condenados a sufrir las consecuencias, que cada vez serán peores. Un bosque quemado tarda años en recuperarse, y si una zona se quema reiteradamente, el suelo puede agotarse, y donde antes había un bosque, sólo podría haber una ladera pedregosa, casi sin vida vegetal.
Los incendios forestales que asolan Bolivia desde hace más de tres meses han arrasado ya 4 millones de hectáreas, devastando miles de árboles y acabando con innumerables vidas animales. El impacto humano es igual de aterrador: familias enteras han tenido que ser evacuadas, viviendas se han convertido en cenizas, y niños y jóvenes han dejado de ir a la escuela por seguridad.
“Fue el primero en la lucha marcial” es uno de lo versos que destacan en el Himno a Cochabamba y que buscan reflejar el don de liderazgo de esta región, que hoy celebra 214 años del grito revolucionario de la Villa de Oropesa.
“Quillacollo, la altiva y gloriosa”, reza el primer verso de su himno compuesto en letra por Juan José Quezada y en música por el inmortal Teófilo Vargas. Esta ciudad hoy celebra su aniversario.
La victoria de Bolivia frente a Chile, por las eliminatorias rumbo al Mundial de Fútbol de 2026, llega a la población en medio de negros nubarrones en su panorama producto de las humaredas causadas por los incendios forestales en el territorio oriental. Por ello, qué mejor metáfora que afirmar que esta victoria llega como un rayo de sol para animar un poco el alicaído espíritu de la población.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha dado un paso importante hacia la transparencia y la consolidación de la confianza pública al convocar a una mesa técnica nacional para revisar los resultados del Censo de Población y Vivienda levantados el 23 de marzo de 2024.
La deforestación como consecuencia de los incendios registrados en los últimos tres meses en Bolivia, ha superado los tres millones de hectáreas; un millón de ellas corresponden a las áreas protegidas, según informaron diferentes instituciones, entre las cuales se encuentra el Gobierno. Son cifras que duelen y que hacen reflexionar a más de uno en cómo quedará nuestro territorio después de esto.
Ante los constantes hechos de violencia e inseguridad en las áreas periurbanas, los pobladores han decidido organizarse y tomar acciones para poner fin a estos casos que generan zozobra entre los vecinos. Los recientes incidentes de esta índole ocurridos en La Paz reflejan la escalada de inseguridad que se vive en algunas regiones de nuestro país y que requieren una respuesta más contundente por parte de las instituciones competentes.
En Bolivia se ha vuelto costumbre que las demandas sociales, sindicales, políticas e incluso particulares se exijan mediante la presión de bloqueos en calles, avenidas o carreteras, sin importar si son exigencias locales, departamentales o nacionales.
En el primer semestre de 2024, se han registrado más de 50 días de bloqueos en distintos sectores, siendo Cochabamba el departamento más afectado debido a su ubicación geográfica en el centro del país.
Se cumple más de un año de la fuga del narcotraficante uruguayo Sebastián Marset y de la desarticulación de su supuesta estructura, entre los cuales se encontraba su testaferro Erland García, alias el Colla, quien fue enviado a la cárcel de Palmasola con detención preventiva. Sin embargo, tras una prolongada lucha judicial del Ministerio de Gobierno, García se benefició, en primera instancia, con la detención domiciliaria y, posteriormente, el 30 de julio, con su liberación.
Durante tres meses, la parte oriental de Bolivia ha sido golpeada por incendios. Las cifras reportadas son alarmantes: la cantidad de hectáreas de bosque quemadas y el número de animales silvestres muertos y desplazados por el fuego son significativas.