En Bolivia se ha vuelto costumbre que las demandas sociales, sindicales, políticas e incluso particulares se exijan mediante la presión de bloqueos en calles, avenidas o carreteras, sin importar si son exigencias locales, departamentales o nacionales.
En el primer semestre de 2024, se han registrado más de 50 días de bloqueos en distintos sectores, siendo Cochabamba el departamento más afectado debido a su ubicación geográfica en el centro del país.
El Gobierno calcula que por cada día de bloqueo, el país pierde alrededor de 50 millones de dólares. Sólo Cochabamba, según el sector empresarial privado, reportó más de 3.195 millones de bolivianos en pérdidas, afectando a más de 121 mil empresas, emprendedores y trabajadores.
Aunque muchas de las demandas pueden ser justas, al exigir la atención de las autoridades a través de estas medidas, se perjudica a otros sectores que no tienen responsabilidad en el tema. En la mayoría de los casos, son los transportistas y pasajeros, especialmente niños y personas de la tercera edad, quienes sufren al quedar atrapados en las carreteras sin alimento ni refugio.
Ayer, en el marco de la celebración de su 62º aniversario, la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) hizo un llamado a la unidad nacional para enfrentar la crítica situación económica que atraviesa el país. Giovanni Ortuño Camacho, presidente de la CEPB, destacó la necesidad de unir esfuerzos entre el sector privado, los actores sociales y las autoridades públicas para superar las dificultades económicas que afectan a todos los bolivianos.
Es fundamental que el diálogo y la concertación prevalezcan antes de asumir medidas que perjudiquen a la sociedad en general. Por lo tanto, es crucial resaltar el llamado del sector empresarial a que “los actores sociales y políticos, especialmente aquellos que tienen representación parlamentaria, asuman su responsabilidad y se adhieran a este objetivo”.
Recientemente, un sector político amenazó con iniciar un bloqueo si el Órgano Electoral no responde de forma favorable a su demanda. En Santa Cruz, se determinó un paro cívico para este viernes en reclamo por los datos del censo. En La Paz, los vecinos también han anunciado que saldrán a las calles y evitarán la circulación vehicular si la crisis por falta de dólares y el incremento de los precios de los productos de primera necesidad persiste.
La protesta es justa y está amparada por la Constitución Política del Estado; sin embargo, también es necesario considerar el derecho de otras personas a desplazarse y trabajar. El país necesita estabilidad económica para que su gente viva mejor, y esto no sólo depende del Gobierno o del Legislativo, sino de todas las instituciones del Estado y de la sociedad civil en su conjunto.
Los incendios forestales que asolan Bolivia desde hace más de tres meses han arrasado ya 4 millones de hectáreas, devastando miles de árboles y acabando con innumerables vidas animales. El impacto humano es igual de aterrador: familias enteras han tenido que ser evacuadas, viviendas se han convertido en cenizas, y niños y jóvenes han dejado de ir a la escuela por seguridad.
“Fue el primero en la lucha marcial” es uno de lo versos que destacan en el Himno a Cochabamba y que buscan reflejar el don de liderazgo de esta región, que hoy celebra 214 años del grito revolucionario de la Villa de Oropesa.
“Quillacollo, la altiva y gloriosa”, reza el primer verso de su himno compuesto en letra por Juan José Quezada y en música por el inmortal Teófilo Vargas. Esta ciudad hoy celebra su aniversario.
La victoria de Bolivia frente a Chile, por las eliminatorias rumbo al Mundial de Fútbol de 2026, llega a la población en medio de negros nubarrones en su panorama producto de las humaredas causadas por los incendios forestales en el territorio oriental. Por ello, qué mejor metáfora que afirmar que esta victoria llega como un rayo de sol para animar un poco el alicaído espíritu de la población.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha dado un paso importante hacia la transparencia y la consolidación de la confianza pública al convocar a una mesa técnica nacional para revisar los resultados del Censo de Población y Vivienda levantados el 23 de marzo de 2024.
La deforestación como consecuencia de los incendios registrados en los últimos tres meses en Bolivia, ha superado los tres millones de hectáreas; un millón de ellas corresponden a las áreas protegidas, según informaron diferentes instituciones, entre las cuales se encuentra el Gobierno. Son cifras que duelen y que hacen reflexionar a más de uno en cómo quedará nuestro territorio después de esto.
Ante los constantes hechos de violencia e inseguridad en las áreas periurbanas, los pobladores han decidido organizarse y tomar acciones para poner fin a estos casos que generan zozobra entre los vecinos. Los recientes incidentes de esta índole ocurridos en La Paz reflejan la escalada de inseguridad que se vive en algunas regiones de nuestro país y que requieren una respuesta más contundente por parte de las instituciones competentes.
En Bolivia se ha vuelto costumbre que las demandas sociales, sindicales, políticas e incluso particulares se exijan mediante la presión de bloqueos en calles, avenidas o carreteras, sin importar si son exigencias locales, departamentales o nacionales.
En el primer semestre de 2024, se han registrado más de 50 días de bloqueos en distintos sectores, siendo Cochabamba el departamento más afectado debido a su ubicación geográfica en el centro del país.
Se cumple más de un año de la fuga del narcotraficante uruguayo Sebastián Marset y de la desarticulación de su supuesta estructura, entre los cuales se encontraba su testaferro Erland García, alias el Colla, quien fue enviado a la cárcel de Palmasola con detención preventiva. Sin embargo, tras una prolongada lucha judicial del Ministerio de Gobierno, García se benefició, en primera instancia, con la detención domiciliaria y, posteriormente, el 30 de julio, con su liberación.
Durante tres meses, la parte oriental de Bolivia ha sido golpeada por incendios. Las cifras reportadas son alarmantes: la cantidad de hectáreas de bosque quemadas y el número de animales silvestres muertos y desplazados por el fuego son significativas.