Los bufeos, una madre y su cría, fueron liberados este viernes en el río Isiboro, en el trópico de Cochabamba, para que retornen a su hábitat después de permanecer 43 días varados en el brazo de un río en el Sindicato Capinota de Villa Tunari.
Los bufeos o delfines bolivianos (Inia boliviensis) llegaron al río tras ser expulsado por una riada el pasado 12 de abril y no pudieron retornar a aguas más profundas por un puente provisional y se convirtieron en una atracción para la comunidad y visitantes.
La madre y su cría, de siete meses lactantes, lograron volver a su hábitat luego de un largo proceso que incluyó la socialización con la comunidad para que permitan su retorno.
La madrugada de este viernes se puso en marcha un operativo para capturarlos siguiendo protocolos internacionales y llevarlos con medidas adecuadas hasta el río Isiboro. La secretaria d Medio Ambiente de la Gobernación, Dora Claros, calificó de “histórica” la devolución de los cetáceos al río, su hábitat.
Una comisión conformada por técnicos del Programa Gestión de la Biodiversidad de la Gobernación, la Dirección General de Biodiversidad y Áreas Protegidas del Ministerio de Medio Ambiente y Agua, la Alcaldía de Villa Tunari y el apoyo de Faunagua realizó el monitoreo permanente del estado en que se encuentran los bufeos hasta concretar su traslado.
Mientras los titulares e imágenes de los incendios forestales que devastan grandes extensiones del país ocupan nuestra atención, una crisis igualmente apremiante avanza en silencio en el valle alto de Cochabamba: la sequía. A pesar de su menor visibilidad mediática, la falta de agua está provocando estragos en las comunidades rurales y urbanas de la región, y sus efectos a largo plazo pueden ser tan devastadores como los incendios.
RUDDY ORELLANA V.
El 17 de agosto de 2025, cantarán las aves sacrificadas.
Los animales chamuscados se levantarán para recordar su inmortalidad. Los árboles agitarán sus ramas. Los bosques dejarán oír sus vientos lastimeros y nosotros, los que presenciamos con horror los fuegos fatuos de la muerte y de la inverosimilitud, también asumiremos la convicción de votar por el nunca MAS.
El 17 de agosto de 2025, cantarán las aves sacrificadas.
Los animales chamuscados se levantarán para recordar su inmortalidad. Los árboles agitarán sus ramas. Los bosques dejarán oír sus vientos lastimeros y nosotros, los que presenciamos con horror los fuegos fatuos de la muerte y de la inverosimilitud, también asumiremos la convicción de votar por el nunca MAS.
EDWIN CACHO HERRERA SALINAS
El cinismo político ha llegado a niveles alarmantes en nuestro país. Los cínicos políticos se creen astutos, se ven impunes, se muestran arrogantes y actúan principalmente por interés propio, con discursos huecos relacionados con el bien común. El cinismo político no surge de la nada. En Bolivia es el resultado acumulado de décadas de corrupción, promesas incumplidas, desinstitucionalización y prácticas políticas de aprovechamiento de todo lo que aparece a su paso.
El cinismo político ha llegado a niveles alarmantes en nuestro país. Los cínicos políticos se creen astutos, se ven impunes, se muestran arrogantes y actúan principalmente por interés propio, con discursos huecos relacionados con el bien común. El cinismo político no surge de la nada. En Bolivia es el resultado acumulado de décadas de corrupción, promesas incumplidas, desinstitucionalización y prácticas políticas de aprovechamiento de todo lo que aparece a su paso.
AGUSTÍN ECHALAR ASCARRUNZ
Con los resultados del censo, he tenido la misma sensación que cuando hago cuentas a fin de mes, siempre creo que tengo más, y al juntar lo que tengo en mis bolsillos, en mi “huacaycha” y en mi cuenta bancaria, descubro que es mucho menos, y primero me rebelo, creo que alguien me ha robado, que me han cobrado dos veces la cuenta de luz, que he perdido mi dinero en algún lugar, finalmente vuelvo a hacer cuentas, y me doy cuenta que así nomás es, que nadie me ha cobrado demás, que no he perdido nad
Con los resultados del censo, he tenido la misma sensación que cuando hago cuentas a fin de mes, siempre creo que tengo más, y al juntar lo que tengo en mis bolsillos, en mi “huacaycha” y en mi cuenta bancaria, descubro que es mucho menos, y primero me rebelo, creo que alguien me ha robado, que me han cobrado dos veces la cuenta de luz, que he perdido mi dinero en algún lugar, finalmente vuelvo a hacer cuentas, y me doy cuenta que así nomás es, que nadie me ha cobrado demás, que no he perdido nad
EMILIO MARTÍNEZ CARDONA
“Con Evo estábamos mejor”, dice la falacia favorita que el evismo hace circular por la calle. Del otro lado de la vereda interna, se contesta que “se descuidó la nacionalización”, pieza narrativa menos eficaz que, si bien alude a Evo Morales sin nombrarlo, también alcanza al actual mandatario, en su calidad de exministro de economía durante la época del “descuido”.
“Con Evo estábamos mejor”, dice la falacia favorita que el evismo hace circular por la calle. Del otro lado de la vereda interna, se contesta que “se descuidó la nacionalización”, pieza narrativa menos eficaz que, si bien alude a Evo Morales sin nombrarlo, también alcanza al actual mandatario, en su calidad de exministro de economía durante la época del “descuido”.