Israel culpó este viernes al movimiento palestino Hamás por el bombardeo y muerte de siete trabajadores de la ONG World Central Kitchen (WCK), en una sesión del Consejo de Seguridad dedicada a la seguridad de las operaciones humanitarias en Gaza.
A la sesión fueron invitados los embajadores de Australia y Polonia (países de donde procedían algunos de los asesinados), que solicitaron una investigación independiente sobre lo sucedido.
El embajador de Israel, Gilad Erdan, que desde que comenzó la guerra ha adoptado unas posturas particularmente radicales, dijo que su país "nunca ataca a civiles deliberadamente, ni menos a trabajadores humanitarios", y atribuyó el ataque a "una errónea identificación por la noche en medio de una guerra bajo condiciones muy complicadas".
A continuación, culpó a Hamás por los hechos: "Fue resultado de un trágico error debido al cínico 'modus operandi' de Hamás, que explota la infraestructura civil y sus vehículos".
"Hamás eligió luchar desde el centro de poblaciones civiles en Gaza, y por mucho que nos desgarre el corazón, estos errores trágicos pueden suceder en todo país que lucha una guerra en condiciones de densidad urbana", insistió.
Para justificarlo, citó el caso de soldados israelíes caídos por 'fuego amigo' , así como de rehenes israelíes matados por soldados de su ejército por error.
Y pese a todos esos 'errores', se jactó de que las Fuerzas Armadas de Israel han tomado "más precauciones que ningún otro ejército en la historia para mitigar los daños civiles", como el lanzamiento de pasquines para evacuar ciudades o el envío de mensajes telefónicos de alerta.
Mientras que a Hamás -dijo- "no le importa nada el bienestar de los civiles, y se atrinchera dentro de la población civil para maximizar deliberadamente el número de víctimas civiles. Ese es su objetivo (...) La muerte de civiles es su estrategia", repitió.