El expresidente brasileño Jair Bolsonaro admitió ayer que estudió la posibilidad de aprobar un decreto para ordenar una intervención militar en 2022, pero alegó que la medida no se puso en práctica y que estaría amparada en la Constitución.
Bolsonaro, quien es acusado por la Policía de planificar un golpe de Estado, defendió la legalidad de las medidas que se estudiaron aplicar tras las elecciones que ganó el actual presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, durante una entrevista al portal UOL.
“El ‘borrador del golpe’ se basa en la Constitución. (...) ¿Discutir uno de los artículos de la Constitución es un crimen? ¿Se llevó adelante alguna de esas posibles propuestas?”, dijo Bolsonaro.
El líder de la ultraderecha detalló que, entre otras opciones, se discutió de la posibilidad de instaurar el estado de sitio y de ordenar un despliegue militar, al amparo de la carta magna.
El borrador de decreto, encontrado por la Policía en la residencia de un exministro de Bolsonaro, de ponerse en práctica habría autorizado un despliegue militar para “restaurar el orden Constitucional”.
El documento justificaba la intervención militar alegando que el Tribunal Supremo y el Tribunal Superior Electoral tomaron decisiones inconstitucionales que afectaron a los comicios que ganó Lula.
Bolsonaro rechazó tajantemente haber tramado un golpe de Estado y negó conocer los planes supuestamente llevados a cabo por militares para asesinar a Lula y al magistrado de la Suprema Alexandre de Moraes, a cargo de varias causas contra él. Asimismo, no descartó que la Corte Suprema ordene su detención cometiendo una “arbitrariedad” en su contra.