El expresidente Evo Morales comenzó la noche de este viernes su huelga de hambre en instalaciones de la Coordinadora de las 6 Federaciones del Trópico de Cochabamba y aseguró que se quedará en el país.
En imágenes compartidas en redes sociales del exmandatario, se observa que otros dirigentes también se sumaron a la medida de presión recostados sobre colchones, además del senador "evista" Leonardo Loza.
"Pueden detenerme, ojalá que no me maten, por favor. Estaba muchas veces en la cárcel, no tengo miedo, pero no me voy a ir de Bolivia, estoy con mi pueblo y con el pueblo vamos a resistir, vamos a enfrentar y vamos a derrotar un gobierno corrupto, un gobierno narco", dijo Morales.
Horas antes, el líder del MAS había anunciado la huelga de hambre hasta que el Gobierno pueda convocar a dos mesas técnicas para atender las demandas del "evismo" y con el objetivo de evitar hechos de sangre.
"No me voy a rendir, ni me voy a vender", añadió.
La medida de presión fue asumida poco después de la intervención de la Policía y Fuerzas Armadas a los bloqueos que existían en la carretera que une Cochabamba con el occidente desde hace 19 días.
La situación en el trópico de Cochabamba (Chapare) desafía cualquier noción de Estado de derecho y constitucionalidad en Bolivia. Los eventos recientes, en que cocaleros de las Seis Federaciones del Trópico han asumido el control, expulsando a la Policía y al Ejército, exhiben el creciente poder de una facción que ha convertido la región en su propio feudo.
En este año bisiesto, las Olimpiadas se desarrollarán en París y en otros escenarios franceses entre el 26 de julio y el 11 de agosto. Este encuentro de los atletas trae siempre una esperanza para la paz mundial porque muestra que es posible el abrazo fraterno entre hermanos, como soñaron Schiller y Beethoven, la paz que tanto anhela la mayor parte de la humanidad.
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ENRIQUE VELAZCO RECKLING
Don Antonio Saravia se ha pronunciado denunciando la inmoralidad de los subsidios en Bolivia (Brújula Digital, 17|02|24). Concuerdo con él, en líneas generales, en que los subsidios pueden generan distorsiones en los mercados y algunos podrían ser negativos y concuerdo también en rechazar todo manejo discrecional de las subvenciones.
Don Antonio Saravia se ha pronunciado denunciando la inmoralidad de los subsidios en Bolivia (Brújula Digital, 17|02|24). Concuerdo con él, en líneas generales, en que los subsidios pueden generan distorsiones en los mercados y algunos podrían ser negativos y concuerdo también en rechazar todo manejo discrecional de las subvenciones.
Para muchos la disputa que existe entre las dos fracciones del MAS es aparente más que real, aunque no quepa duda de que las contradicciones y los enfrentamientos entre ambas fracciones han ido en progreso y han alcanzado ribetes que dejarían claramente establecido que, entre Evo Morales y Luis Arce hay muy pocos puntos divergentes de fondo y muchísimas ambiciones personales, y aunque se han transformado en candidatos enfrentados, no significa que su movimiento político esté efectivamente dividido, yo dudo que tal divisió
Para muchos la disputa que existe entre las dos fracciones del MAS es aparente más que real, aunque no quepa duda de que las contradicciones y los enfrentamientos entre ambas fracciones han ido en progreso y han alcanzado ribetes que dejarían claramente establecido que, entre Evo Morales y Luis Arce hay muy pocos puntos divergentes de fondo y muchísimas ambiciones personales, y aunque se han transformado en candidatos enfrentados, no significa que su movimiento político esté efectivamente dividido, yo dudo que tal divisió
Solían llamarlo “Latavaso” porque, en tanto y en cuanto encontraba la oportunidad, solía dispararse, por no decir perderse o enajenarse, ante cualquier festejo o jolgorio de moda. Aquella ocasión no era diferente pues, aferrado a su bebida de turno, celebraba a lo loco el triunfo de su equipo en aquella copa de gloria y pundonor.
La emoción no era para menos, aquella goleada histórica era motivo de orgullo para muchos días.
Solían llamarlo “Latavaso” porque, en tanto y en cuanto encontraba la oportunidad, solía dispararse, por no decir perderse o enajenarse, ante cualquier festejo o jolgorio de moda. Aquella ocasión no era diferente pues, aferrado a su bebida de turno, celebraba a lo loco el triunfo de su equipo en aquella copa de gloria y pundonor.
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