El plantel de Wilstermann determinó no retornar a los entrenamientos hoy, medida que se mantendrá hasta que la dirigencia cumpla con el pago del 100% del sueldo de mayo.
De manera extraoficial, se supo que el equipo fue convocado para retomar los entrenamientos hoy.
Sin embargo, ayer se conoció que los jugadores determinaron que no regresarán a las prácticas si no se les paga.
La crítica situación económica de Wilstermann se ahondó en los últimos meses, después de que acumuló una deuda de seis meses con el plantel profesional y para los jugadores esto ya es insostenible.
Denunciaron que algunos futbolistas ya no tienen para comer y otros, incluso, son echados de sus viviendas, porque no pagaron el alquiler.
Si bien hace unas semanas los jugadores aseguraron que no pararían y que la forma de presionar era no vestir la indumentaria del club en los entrenamientos, al no encontrar respuesta decidieron esta otra medida. El plantel ya no busca dialogar con la dirigencia, ni escuchar propuestas, sólo pide que se cumpla con el pago.
Entre tanto, la dirigencia proyecta cubrir parte de las deudas salariales con algunas actividades, como el Día del Rojo, que se realizarán en las próximas semanas.
Con el avance de los trabajos de construcción de su Línea Amarilla, el Tren Metropolitana de Cochabamba está en vías de consolidarse como una opción conveniente para el transporte de pasajeros.
Tuvieron que vencerse muchas peripecias, todas resultantes de la oposición ciudadana, antes de que se defina el trazo de esa línea y se inicie su implementación, aunque con un alcance distinto del que tenía al principio pues no llegará hasta Sacaba.
“El horror, el horror”, susurra moribundo el coronel Kurtz con la mirada detenida en algún punto de la jungla. En su rostro, entre el sudor y la sangre, los labios se mueven apenas y los ojos parpadean lentos, agonizantes. El escenario se tiñe con la luz de la luna, el sacrificio de la vaca, los tambores rituales, el zumbido de las moscas.
“El horror, el horror”, susurra moribundo el coronel Kurtz con la mirada detenida en algún punto de la jungla. En su rostro, entre el sudor y la sangre, los labios se mueven apenas y los ojos parpadean lentos, agonizantes. El escenario se tiñe con la luz de la luna, el sacrificio de la vaca, los tambores rituales, el zumbido de las moscas.
RUDDY ORELLANA V.
La política populista es el arte de poner a buen recaudo lo que le corresponde por derecho al ciudadano, una vez en el poder, esos derechos son suministrados a cuenta gotas, entonces el gobierno se convierte en proveedor y buen tipo que ‘soluciona’, sistemáticamente, las necesidades sociales de acuerdo al temple y decisiones que le plazcan tomar al mandamás.
La política populista es el arte de poner a buen recaudo lo que le corresponde por derecho al ciudadano, una vez en el poder, esos derechos son suministrados a cuenta gotas, entonces el gobierno se convierte en proveedor y buen tipo que ‘soluciona’, sistemáticamente, las necesidades sociales de acuerdo al temple y decisiones que le plazcan tomar al mandamás.
Eso de que Bolivia es un país mendigo sentado en un trono de oro hace referencia a la paradoja de la abundancia: los países ricos en recursos naturales, que incluso pueden tener importantes ingresos financieros, no han logrado establecer las bases para su desarrollo y siguen siendo pobres.
Pareciera que el hecho de poseer cuantiosos recursos naturales es una maldición que condena al país a la pobreza.
Eso de que Bolivia es un país mendigo sentado en un trono de oro hace referencia a la paradoja de la abundancia: los países ricos en recursos naturales, que incluso pueden tener importantes ingresos financieros, no han logrado establecer las bases para su desarrollo y siguen siendo pobres.
Pareciera que el hecho de poseer cuantiosos recursos naturales es una maldición que condena al país a la pobreza.
EDWIN CACHO HERRERA SALINAS
La riada del 19 de febrero de 2002 puso al descubierto cuán vulnerable era La Paz ante la naturaleza. Una inédita y feroz granizada, seguida de una torrencial lluvia, dejó alrededor de 60 muertos y una ciudad colapsada. Era, además, el corolario de años de descuido y de poner el maquillaje por delante de las prioridades.
La riada del 19 de febrero de 2002 puso al descubierto cuán vulnerable era La Paz ante la naturaleza. Una inédita y feroz granizada, seguida de una torrencial lluvia, dejó alrededor de 60 muertos y una ciudad colapsada. Era, además, el corolario de años de descuido y de poner el maquillaje por delante de las prioridades.