Miles de estibadores se concentraron ayer, por segundo día consecutivo, en la entrada de puertos de toda la costa este y el golfo de México para continuar con una huelga general que comienza a afianzarse y que el presidente estadounidense, Joe Biden, ha dicho que puede convertirse en un “desastre provocado por el hombre”.
La protesta arrancó la madrugada del pasado martes ante la falta de acuerdo entre el sindicato International Longshoremen’s Association (ILA) y la patronal de navieros USMX (US Maritime Alliance) a la que piden una subida salarial y un acuerdo para frenar la automatización de su oficio, que amenaza sus puestos de trabajo.
“Exigimos un aumento salarial de 5 dólares por hora para cada uno de los seis años del nuevo contrato entre ILA-USMX”, señalaron.